Por Alba Luz Mora

 

Alba Luz Mora
En el presente el calentamiento global, el sometimiento de la naturaleza a las exigencias del crecimiento y las actividades depredadoras, están destruyendo las condiciones de vida en el planeta tierra y mejor despertando la violencia y futuros enfrentamientos por los bienes comunes

En la nueva Constitución hay todo un capítulo referido al concepto del buen vivir o la vida en plenitud, idea con la que se quiere enfrentar la crisis civilizatoria que experimentamos en todo el mundo. No sólo el cambio climático por la contaminación ambiental impide que los seres humanos existamos sin problemas, sino también que el crecimiento desbordado de las población torna al estado incapaz de garantizarle un buen vivir. A lo que se añade la insurgencia de los movimientos sociales relegados y preteridos en constante amenaza para la armonía y la paz social. Hay que admitir, además, que la humanidad ya ha sobrepasado los límites de capacidad de carga de la tierra, sus pobladores experimentan un desigual acceso a los bienes comunes del planeta, y que empiezan a escasear los elementos básicos de sobrevivencia y la perspectiva futura lo que menos garantiza es la armonía, complementariedad y apoyo mutuo que permitirían el equilibrio social. En el presente el calentamiento global, el sometimiento de la naturaleza a las exigencias del crecimiento y las actividades depredadoras,

están destruyendo las condiciones de vida en el planeta tierra y mejor despertando la violencia y futuros enfrentamientos por los bienes comunes. La actual beligerancia entre Gran Bretaña y Argentina es ejemplo palpable de lo que sostenemos; los muros y represiones físicas y económicas entre pueblos y gobiernos, son numerosos, las migraciones masivas, las políticas racistas.son innegables. Y la forma con que se discute entre grupos intergubernamentales deja mucho que desear por las distorsiones ideológicas y políticas que acaban por imponerse. Por todo ello valdría la pena que quienes plantean tan atractiva meta de convivencia, "el sumak kawsay", que se resumiría en responsabilidad social, apoyo mutuo, cultura de vida, encuentren las formas de superar realidades tan complejas que nos agobian y que son a la vez legítimas aspiraciones por recuperar el sentido de la vida. Entre nosotros es largo y tortuoso el camino, controvertida e inmadura la realidad y quizá los primeros pasos que se quieren dar sean el inicio de un sueño que ojala se haga realidad.

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