El representante del Presidente en el Azuay está satisfecho por impulsar la renovación institucional y demostrar que las nuevas promociones políticas son capaces de cumplir retos de servicio actuando con madurez y prudencia

Leonardo Berrezueta Carrión cumple el 24 de julio un año como Gobernador: "es la experiencia personal más importante de mi vida €“confiesa-, representar a un Presidente único en la historia del Ecuador, identificado con una izquierda renovada y en una época difícil al comenzar el siglo XXI".
En el despacho lucen muebles elegantes que dan una imagen renovada a la antigua oficina donde el titular ocupa un escritorio resguardado por las banderas del Ecuador y de Cuenca. Muy visible está el retrato de Carmen Lucía Bermeo, con quien contrajo matrimonio a poco de asumir el cargo: "ella es la sacrificada con mi ritmo de trabajo que empieza temprano y se prolonga hasta muy tarde, pero es comprensiva porque sabe que laboramos por el bien de la colectividad y le soy agradecido", dice el joven gobernador, que el mismo día del aniversario en el cargo, cumple 32 años de edad.
El funcionario trasluce satisfacción por ejercer la función que le ha encomendado el Gobierno, donde está como un pez en el agua, recibiendo un sueldo "para hacer lo que a uno le gusta", dice, y añade:   "impulsamos programas eficientes como la minga por el buen vivir y un modelo de gabinete provincial distinto, que genera compromisos con la gente, que a su vez hace seguimiento de esos compromisos a través de veedurías".
El Gobernador Berrezueta presidiendo una sesión de Gabinete Provincial.
En la Gobernación se han producido cambios, empezando por crear áreas de coordinación administrativa, financiera, de seguridad ciudadana, de planificación, de comunicación y relaciones públicas y de participación ciudadana. "También en lo físico la Gobernación ha cambiado desde el despacho hasta el último piso del edificio, con una necesaria remodelación que no se había dado desde cuando se hizo esta construcción", destaca. El edificio se lo ha identificado con un gran letrero en el frontis y el escudo del Ecuador, en cobre, hacia el parque Abdón Calderón.
¿Qué es lo que más rescata del año frente a la Gobernación? El funcionario responde de inmediato: En seguridad se ha generado institucionalidad, con la creación del Comité Provincial de Seguridad para velar por Cuenca y los 15 cantones aunque falta mucho por hacer. "El 15 de julio iniciaremos la campaña Una minga por la paz, con un gran concierto en la Plaza del Otorongo, donde reuniremos a miles de personas de todas las edades".
Sobre el mismo tema, afirma haber tomado medidas difíciles, como reducir el horario de funcionamiento de bares y discotecas y controlar el consumo de licor, para bajar los índices de inseguridad. "Hemos afrontado una época difícil del Gobierno €“dice-, pues en los primeros años hubo una luna de miel, pero desde que asumí se han dado levantamientos indígenas   por dos ocasiones, paros de la FEUE y de la UNE y hasta se apedreó alguna vez las puertas de la Gobernación en actos vandálicos, controlados con prudencia, sin caer en la provocación".
Considera que los cambios en materia de leyes generan descontento de los indígenas, los maestros, los estudiantes, las universidades, pero las crisis han sido manejadas tinosamente, pese al ánimo negativo "de ciertas personas a las que no cuadra mi presencia en la Gobernación y presagiaban debacles. Ha sido un año en el que más hemos hecho amigos que enemigos, actuando con cabeza fría al tomar decisiones difíciles en tiempos de conmoción social, que las vimos más que como problemas, como oportunidades para acercarnos a las comunidades".
Los mayores logros los resume en la organización de la Gobernación, con un modelo de gestión distinto en lo administrativo, en lo financiero y la atención al usuario, además de la implantación de un Gabinete Provincial convertido en un ejemplo en el país, porque permite coordinar el trabajo, no duplicarlo, y enrumbarlo hacia los sectores más necesitados: "los gabinetes de Zhidmad, Tarqui, San   Gerardo en Ponce Enríquez y Molleturo han sido experiencias importantes de las que salieron veedurías que nos piden cuentas cada semana".
¿Y lo más difícil en el año de gestión? El Gobernador vuelve a hablar de la seguridad y la generación de herramientas para afrontar los conflictos del ramo. "La descoordinación es un problema, con un trabajo policial divorciado de la administración de justicia. Es frustrante €“por ejemplo- que luego de meses de trabajo para capturar a una banda de 48 chulqueros cometiendo delitos in fraganti, un juez en una audiencia de cuatro minutos los ponga en libertad El trabajo, más que difícil, es frustrante, pero el Presidente está proponiendo reformas legales y penales para impedir que estos hechos continúen".
Berrezueta fue Jefe Político de Cuenca en el primer año del Gobierno, lo que le sirvió para conocer la administración provincial y al personal con el que le ha tocado desempeñarse en la Gobernación. "Esa experiencia permitió advertir las cosas que podían mejorar. Por eso implantamos las áreas de coordinación, una organización interna eficiente en lo administrativo, lo financiero y hasta en la relación con las tenencias políticas. Yo conocía al personal y sabía lo que había que hacer, es un personal sacrificado, que trabaja profesionalmente. Nadie podría lograr nada si no contara con estos guerreros de la administración pública, con quienes guardo la mejor de las relaciones y a los que exigimos, en una réplica de la voluntad del Presidente para servir al país".
El centralismo es un problema persistente en el Azuay y así lo percibe el público. Pero el Gobernador dice que en su institución "hay una enorme desconcentración, maneja su presupuesto propio y se toman decisiones administrativas directas. Pero en otras entidades hay retraso porque el aparato estatal estaba desordenado y Senplades, la Presidencia y organismos sectoriales están inmersos en el proceso que concluirá en 2013 para implantar un alto nivel de desconcentración, especialmente en el Azuay, donde funcionan numerosas subsecretarías".
gobernacioLeonardo Berrezueta está satisfecho del apoyo del Gobierno a su gestión y tiene optimismo para fortalecer el trabajo futuro. El presupuesto institucional ha mejorado y se lo incrementará el próximo año, para impulsar los programas en el ámbito social, contratar el personal necesario, capacitarlo y emprender nuevas iniciativas. Está en marcha un plan de conectividad, para dotar de internet a las tenencias políticas, esperando que el servicio esté en operación en noviembre.
También está en los planes inmediatos instalar en la planta baja de la Gobernación el Museo del Azuay, donde se ubicarán los archivos y los bienes patrimoniales de la institución dignos de ser preservados como parte de la cultura y la historia de la provincia.
A finales de 2009 el Presidente Rafael Correa reformó el Estatuto de Régimen Jurídico de la Función Ejecutiva, dotando a las gobernaciones de atribuciones y recursos que le permitan el desarrollo institucional y elevar la jerarquía de los gobernadores, que pasaron de presidir   el Comité Ejecutivo Provincial   a presidir el Gabinete Provincial.
Con un año en funciones, Berrezueta está entre los pocos gobernadores que en los últimos 15 años han permanecido por un lapso similar, pues la inestabilidad caracterizó a este cargo, porque los titulares, relegados por el centralismo, renunciaron rápidamente a sus funciones. "Ahora vivimos tiempos diferentes", asegura.
La Josefina, tema aparte
Un capítulo especial en el año de gestión, se refiere a la declaratoria como zona de excepción al área de La Josefina, donde la deforestación y la sobre explotación de materiales amenaza con una catástrofe hidrogeológica similar a la de 1993.
El Comité de Operaciones de Emergencia, que preside el Gobernador, por iniciativa del Consejo de Gestión de Aguas de la cuenca del Paute, planteó a la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos estudiar la situación emergente, cuyo informe sirvió para que el Presidente de la República expidiese el decreto 389, de 17de junio, con normas que regulan el tratamiento de la zona, así como medidas de prevención y sanciones a los infractores, a fin de evitar la explotación ilegal de materiales de construcción en el cerro Tramuga y otros colindantes, así como en el cauce del río Cuenca.
Esta acción emergente tiene sesenta días de duración e incluye la militarización de la zona, para hacer cumplir los mandatos del decreto presidencial, que mira por la estabilización del sitio de mayor riesgo geológico en el Azuay, donde en 1993 se produjo una catástrofe cuyas consecuencias aún no han sido completamente superadas.


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