La comunicación telefónica del Presidente del Ecuador habría sido intervenida mediante espionaje luego de la incursión de Angostura.
Ecuador y Colombia han vuelto a tensar sus relaciones ante la denuncia de espionaje telefónico que habrían cometido organismos de seguridad del vecino país luego del episodio de Angostura, cuando fuerzas militares colombianas incursionaron en territorio ecuatoriano para tacar a un comando de las FARC, causando varias víctimas.
Los pinchazos telefónicos se habrían dado para intervenir la comunicación del Presidente Rafael Correa, Ministros de Estado, autoridades militares, organismos de seguridad y periodistas ecuatorianos.
El Gobierno del Ecuador pidió informes al similar de Colombia, a través de vías diplomáticas, mientras anunció que realizará investigaciones exhaustivas para determinar la veracidad o la falsedad de la denuncia, aparecida en diario El Universo, de Guayaquil, el 28 de junio, con la fuente de un miembro de la seguridad colombiana que habría delatado el hecho en forma confidencial y sin revelar su identidad.
El Presidente Correa hizo votos porque la denuncia sea falsa, pues de lo contrario se crearía una situación sumamente difícil en la relación entre los dos países, cuando precisamente está en curso un proceso que busca reanudar las relaciones suspendidas desde la incursión armada de Colombia en el Ecuador.
El Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Colombia, que sería el organismo responsable del espionaje telefónico, desvirtuó la veracidad de la denuncia publicada en el Ecuador y aseguró que jamás se ha dado una acción de esa naturaleza, posición que ha sido aceptada inicialmente por el gobierno del Ecuador, pero sin descartar las investigaciones y el reclamo de informes oficiales de Colombia a través de la Cancillería.