La aprobación de la Constitución de Montecristi y la reelección presidencial en una sola vuelta sustentan el poder del Presidente, que mantiene altos índices de liderazgo que acabaron por aniquilar a los partidos políticos tradicionales
El Presidente Rafael Correa conmemoró con entusiasmo los primeros tres años de gestión, lapso de cotidiana presencia del mandatario en el escenario político, para promover la Revolución Ciudadana bajo parámetros enmarcados en principios del llamado Socialismo del Siglo XXI. La aprobación de la Constitución de Montecristi y la reelección presidencial en una sola vuelta sustentan el poder del Presidente, que mantiene altos índices de liderazgo que acabaron por aniquilar a los partidos políticos tradicionales, afrontar tradicionales abusos del sector bancario, de algunos medios de comunicación, de los movimientos indígenas, de entes empresariales o de recalcitrantes conservadores de la Iglesia Católica, así como poner en entredicho el sistema educativo en todos sus niveles.
El Ecuador ha vivido tres años de tensión frente a la infatigable conducta presidencial, una de cuyas manifestaciones más visibles es la presencia en los medios de comunicación para defender sus puntos de vista y responder a los adversarios de sus proyectos entre los que asoman, cada vez con mayor frecuencia, miembros de su propio gobierno y del Movimiento PAIS que le llevó a la magistratura. Alberto Acosta, el pensamiento más destacado de la tendencia, pasó a una línea contrapuesta al Presidente y podría ser su fuerte contrincante en próximas mediciones electorales.
Correa recuperó la dignidad de la Presidencia y se ha hecho respetar en diversas circunstancias, como no lograron mandatarios anteriores. La implantación del respeto a la autoridad y la disciplina ciudadana, destaca en su gestión, aparte de una importante obra vial, atención a la salud y a las personas con inhabilidades. El Vicepresidente Lenín Moreno ha sido, en esto último, un puntal en la gestión.
El Ecuador ha vivido tres años de tensión frente a la infatigable conducta presidencial, una de cuyas manifestaciones más visibles es la presencia en los medios de comunicación para defender sus puntos de vista y responder a los adversarios de sus proyectos entre los que asoman, cada vez con mayor frecuencia, miembros de su propio gobierno y del Movimiento PAIS que le llevó a la magistratura. Alberto Acosta, el pensamiento más destacado de la tendencia, pasó a una línea contrapuesta al Presidente y podría ser su fuerte contrincante en próximas mediciones electorales.
Correa recuperó la dignidad de la Presidencia y se ha hecho respetar en diversas circunstancias, como no lograron mandatarios anteriores. La implantación del respeto a la autoridad y la disciplina ciudadana, destaca en su gestión, aparte de una importante obra vial, atención a la salud y a las personas con inhabilidades. El Vicepresidente Lenín Moreno ha sido, en esto último, un puntal en la gestión.
El Presidente Rafael Correa y su coideario, Alberto Acosta, en los tiempos de la buena relación entre ellos, que ha ido deteriorándose hasta llegar a una diferencia casi irreconciliable.
AVANCE presenta criterios de algunos ciudadanos sobre lo que ha sido este período de gobierno. Ellos respondieron a la pregunta ¿Qué considera lo más rescatable y lo más deficiente en los tres años de la llamada Revolución Ciudadana? Sus respuestas, a continuación:
Bien en infraestructura, mal en la economía
Carola Ríos, Vicepresidenta de la Cámara de Industrias de Cuenca
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Es importante la infraestructura en conectividad: vialidad, electricidad. Las carreteras del Austro están como nunca para conectar con el resto del país. Un ejemplo es el tramo de Moya en la vía a Quito, que por tanto tiempo fue un desvío sobre el que jamás hubo preocupación oficial y ahora es un modelo de carretera. También, la decisión de instalar la planta de gas natural en Bajo Alto, El Oro, para generar energía limpia de uso industrial y electricidad, primer paso para ampliar este tipo de servicios en el país. El manejo presupuestario, desfinanciado, deja qué desear. El aprovechamiento de la reserva monetaria que "no es necesaria" pero sirve como un colchón para dinamizar la economía en tiempos de crisis. El préstamo del dinero del IESS al Estado tiene el riesgo de ir a préstamos no reembolsables. La creación de mecanismos para recuperar dinero del exterior fue un buen ejercicio, pero se borró con el codo al vender petróleo a futuro a China. |
Bien por la cultura, pero excesivo verbalismo
Jorge Dávila Vázquez, literato, maestro universitario |
Lo más rescatable está en el campo de la educación gratuita y la cultura. ¿Qué gobierno ha tenido un plan integral de alimentación escolar, más uniformes €“acremente criticados, porque llevaban un logo, que a los despistados les pareció de AP- y textos? Que yo recuerde, ninguno. Asimismo, es importante el empeño del Ministerio de Cultura por apoyar la producción en diversos campos. Los fondos concursables que "pagan" a los escritores una renta de un año a que creen libremente obras, son algo totalmente inédito en el Ecuador. Lo más criticable es el verbalismo excesivo del Presidente, que no cesa de abrirse frentes de controversia. |
Lo hecho no es suficiente Fernando Carvajal, analista, maestro universitario |
La nueva Constitución permite superar la inestabilidad política de los últimos diez años y una imagen de futuro, "el buen vivir", para crear una sociedad con equidad, solidaridad, justicia, paz y respeto a la naturaleza. La política económica es eficaz frente a la crisis, el ahorro con el que se pagaba la deuda se destina a inversión pública, carreteras y viviendas, sostiene el empleo. Se apoya a pequeños y medianos productores y se protege a los grupos más vulnerables. La inversión en salud y educación merece especial atención. La política internacional mejora la integración de América Latina, como UNASUR, se intensifican las relaciones con países de economías emergentes como Brasil y se diversifican los compromisos comerciales con Europa, Asia, Medio Oriente. Mejorar la redistribución de la riqueza, cambiar el corrupto sistema de justicia, frenar la corrupción y avanzar en el buen vivir requiere participación de las organizaciones sociales. "Radicalizar la revolución ciudadana" implica más democracia y el gobierno debería aprender a gobernar con ellas, respetando su autonomía, construyendo los cambios estructurales. Es hora de superar tramposos juegos con la derecha como organizar comités de base o ver quien coloca más gente en las calles de Guayaquil. |
Los puntos precisos
Manuel Neira, Doctor en Leyes, maestro, periodista |
Lo positivo: 1: Política social: gratuidad de la educación, la justicia, la salud. 2: Obra pública, especialmente vial: construcción, mejoramiento y modernización de las carreteras. 3: La reforma política: el Estado, antes librado al arbitrio de poderosos grupos de presión, retoma facultades reguladoras de la vida social. Lo negativo: 1: Priorizar €“las intervenciones sabatinas son un ejemplo- temas coyunturales, secundarios, hasta banales, que provocan discusiones insustanciales y excluyen del debate objetivos fundamentales del país. 2: Abrir, en vez del diálogo y consenso y sin haber menester, confrontaciones con la tendencia del Gobierno. 3: Participar del ALBA sin iniciativas propias. |
Los choferes, contentos
Mesías Vicuña, Secretario General del Sindicato de Choferes del Azuay |
En cuanto a carreteras, el gobierno ha invertido cantidades superiores a los tres últimos gobiernos juntos. Loja y las provincias orientales están mejor comunicadas con el país. Es rescatable la apertura de Escuelas de Conducción para la preparación de choferes profesionales considerando para la matrícula el título de bachiller y el uso de internet para reportes y calificaciones. Las negociaciones del proyecto Yasuní para dejar bajo tierra el petróleo a cambio de recursos para la preservación del ambiente generará fuentes de trabajo y beneficios. Es importante el control del gobierno para mejorar la calidad de las universidades. El gobierno tiene también deficiencias superables en el tiempo y no amerita describirlas, pues hay conciencia de ellas en los poderes centrales. |