Los vestigios de una cultura de 500 a dos mil años de antigüedad acaban de ser descubiertos a cinco kilómetros al oriente de Cuenca, principal asentamiento ecuatoriano de las culturas cañaris e incas

Orificios en piedras del lecho del río que parecerían perforaciones de sustento de "espigas" de grandes pilares del puente o de una presa.

Se trata de muros de piedras labradas gigantes a orillas y en el lecho del río Machángara, que parecerían contrafuertes de un puente o bases de una presa para embalsamiento de aguas con fines de regadío, como no se ha visto antes en similares sitios arqueológicos de la región andina.

El descubrimiento lo hicieron profesores y alumnos de la Unidad Educativa Politécnica Kennedy, mientras realizaban limpieza de las orillas del río en práctica de un programa de ecoturismo. El Rector, Jorge Muñoz Idrovo, denunció el hallazgo al Ministerio de Patrimonio Cultural, que ante la trascendencia científica del caso prohibió de inmediato   intervenciones de ninguna clase en mil metros alrededor del sitio.

Moles gigantes de piedras con grabaciones de "mensajes" que deberán ser estudiados  e interpretados.

Se anuncia para los próximos días una versión oficial, que será un aporte excepcional para sustentar la antigüedad de la presencia humana en territorios del sur del Ecuador y de civilizaciones anteriores a la llegada de los españoles a América.

La Revista AVANCE publicará en su edición de febrero, detalles y fotografías sobre este sitio arqueológico, mientras ahora anticipa esta información y algunas gráficas que constituyen una primicia patrimonial y científica.

Al pie de la urbanización "Quinta Chica" 
se aprecia lo que se ha nominado como 
"Cara del Inca" en medio de matorrales.

Detalle de uno de los muros con grandes piezas líticas posiblemente transportadas al sitio.	Parte del muro en las proximidades del río Machángara