La gente clama porque las reparaciones sean duraderas y se adopten medidas apropiadas para descongestionar las calles

Así estuvieron las calles del Centro Histórico.
La circulación vehicular es un caos.
El Alcalde Paúl Granda y funcionarios inspeccionan una vía reparada.

La destrucción del pavimento y el caos del tránsito han sido los fenómenos negativos más visibles en las calles de Cuenca el último año. Es una ciudad en interminable "reconstrucción" vial, y a la vez víctima de la anarquía, ausencia de planificación y control en la circulación de vehículos.
Los dos son problemas que ya no pueden ir más. Han rebasado todos los límites. La administración municipal del Alcalde Paúl Granda €“camino a los seis meses de gestión-necesita asumir como prioridades la solución definitiva de estas situaciones.
En el último año del Alcalde Marcelo Cabrera Cuenca fue abandonada en mantenimiento vial del centro histórico. Sin duda la profusión de baches y destrucción de las calles incidieron en el resultado adverso de las elecciones con las que intentó un período más en funciones.
En los primeros cinco meses de gestión de la nueva administración se ha ejecutado un plan de reparación muy intenso. La fisonomía del centro histórico ha rejuvenecido y ofrece la posibilidad de circular con más comodidad y seguridad: lo que está por verse es que los trabajos estén bien hechos y sean duraderos.
Una aspiración pública es que las reparaciones sean definitivas. En las últimas tres décadas €“una generación entera- los habitantes de Cuenca han visto abrirse y reabrirse las calles en forma ininterrumpida, como si se repitieran las mismas obras o se las hiciera sin programación, acometiendo en forma sucesiva tareas que deberían coordinarse, para no duplicar molestias y costos.
El tránsito es la lacra más alarmante de la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad. En el último año se habría incrementado notablemente el parque automotor, sin que de parte de las autoridades del ramo se haya adoptado medida alguna para organizar la circulación. La policía es un fracaso.
El programa de semaforización lleva varios años en proceso pero los aparatos "inteligentes" instalados no producen resultados satisfactorios. Mientras la costosa inversión €“ alrededor de seis millones de dólares- no se complemente con acciones humanas y profesionales de organización y control, los mejores semáforos del mundo no podrán terminar las congestiones, el irrespeto a las señales, la incultura de los conductores de transporte público y de la propia ciudadanía.
También es apremiante que la Municipalidad regule el uso de las calles en el centro   histórico. La dinámica propia de la ciudad demanda que se termine con las marchas, desfiles y manifestaciones de planteles educativos, organizaciones barriales, clubes sociales, sindicatos que, por una conmemoración cualquiera, impiden la circulación normal.

Suscríbase

Suscríbase y reciba nuestras ediciones impresas en su oficina o domicilio llamando al 0984559424

Publicidad

Promocione su empresa en nuestras ediciones impresas llamando al 0999296233