Por Eugenio Lloret Orellana
Los periodistas son asalariados mal pagados que sólo ejercen una débil influencia en las |
Con el fin de provocar la caída del gobierno del presidente Rafael Correa y con este hecho lograr el retorno de los políticos de la conjura al poder se está tramando una conspiración contra el Ecuador. Día tras día surgen señalamientos hostiles no sólo contra Correa, su gobierno y la Asamblea Nacional, sino también, contra el propio país que es lo más grave, contra sus instituciones, contra su imagen. El propósito es satanizarlo, presentarlo como un país donde impera la más siniestra inseguridad, como centro de tráfico y distribución de drogas, como un país en quiebra económica y en crisis permanente. No pasa un día, sin que se produzca una declaración ofensiva, interesada en crear condiciones para la desestabilización y el caos en su intento por relucir las miserias del poder. Los grandes medios nacionales de comunicación en manos de empresarios mantienen una campaña feroz contra el gobierno y sostienen que en el Ecuador está en peligro la libertad de expresión en respuesta al calificativo de prensa corrupta y mediocre repetida hasta el cansancio por el presidente de la República. Esta prensa monopólica sin la menor vergüenza es una continua provocación a la pluralidad informativa e ideológica que afecta a la esencia misma de las libertades. Esa manipulación de la información y de las ideas ha creado los mecanismos para pervertir y corromper el valor de una prensa crítica e imparcial, y ha fijado un modo de identificación y acercamiento a la realidad del país, en muchos ámbitos, pero especialmente en el político, de forma sesgada y abrumadoramente parcial, creando una desorientación política y social que se consagra en una crisis de la identidad colectiva al proyectar una sub- realidad, falseada por los intereses de los poderes fácticos más reaccionarios. Y esto debería preocuparnos a todos por la amenaza |
que este fenómeno representa contra la diversidad de ideas y la pluralidad, en fin, contra la libertad misma. |