Abril es el mes conmemorativo de la fundación de Cuenca: una oportunidad para festejar a la ciudad con eventos de cultura y arte, de civismo y distracción, de evocación histórica y también de reflexión sobre su pasado, el presente y su futuro. Esta edición alude a la celebración, empezando desde la portada, con una de las tantas edificaciones modernas que constituyen nuevos referentes de la ciudad que sin desmerecer el pasado de glorias confirma su actualidad y sus proyecciones hacia los años venideros. Cuenca hace tiempo pasó la mayoría de edad y es una metrópoli por mil razones vernáculas y reconocimientos, una ciudad del mundo. Junto con la expansión urbana, el desarrollo industrial y comercial, el prestigio cultural, deportivo y artístico, tiene también problemas propios de los grandes conglomerados, como los de tránsito, la delincuencia, el alto costo de la vida, desempleo y barrios marginales donde los servicios básicos aún no son suficientes. La conmemoración de los 453 años de fundación española €“que sucedió a la ciudad cañari e inca de siglos anteriores- debería propiciar la revisión de lo que se ha hecho recientemente y la previsión de lo que deberá hacerse en el futuro inmediato, para que las debilidades de la ciudad en plena expansión geográfica y demográfica, no desborden y hagan crisis en la vida de los cuencanos de los años venideros. Hay que ser oportunos, planificadores, visionarios, acaso tomando como ejemplo lo que no se ha hecho en otras ciudades más grandes del Ecuador que ahora acuden a acciones emergentes para afrontar "modernísimos" problemas. También en esta edición abrileña la revista aborda temas de variada orientación y trascendencia, pero hay una coincidente referencia de varios redactores y periodistas, a situaciones de actualidad entre los que destaca la libertad de expresión, tan manipulada, utilizada, estropeada y contradictoria según el interés político de los actores oficiales, los adversarios políticos o los ciudadanos que miran de lejos, pero con preocupación, los debates acalorados sobre esta materia en la que menos cuenta es la opinión del pueblo, usuario mayor de la comunicación social. |