La Corte Constitucional sentenció en contra de los dueños de una hacienda que explotó en forma inmisericorde a sus trabajadores, pero pese a los atentados con los que afectó a la dignidad humana, recibió del ministerio del Trabajo una condecoración al mérito laboral
El 21 de noviembre del 2024, la Corte Constitucional de nuestro país dictó la sentencia en el caso conocido como Furukawa; los hechos que se demostraron, permiten concluir que se produjo lo que se conoce como servidumbre de la gleba, práctica análoga a la esclavitud. Más de un centenar de ecuatorianos propusieron una demanda constitucional que ha permitido conocer hechos que nos avergüenzan, desnudan una vez más la actitud negligente de entidades públicas que no cumplen sus competencias como supervisar que las relaciones laborales se den en el marco del respecto a la dignidad humana, concretamente el Ministerio de Trabajo, que en el año 2005, como nos tienen acostumbrados, otorgó una condecoración al mérito laboral a la apoderada de Furukawa, por la creación de fuentes de empleo, sin embargo, no ejecutó una sola inspección a las haciendas de esta empresa antes de 2018, nuevamente nos engañaron, otorgaron reconocimientos a quienes han violentado derechos con la venia de quienes debían controlarlos.
Los actores, en su mayoría afrodescendientes en condición de extrema pobreza, ejecutaban trabajos dentro de las haciendas de Furukawa, propietaria de más de dos mil hectáreas, ubicadas principalmente en la vía Santo Domingo – Quevedo. Cosechaban el abacá, planta parecida al plátano. Su fibra se utiliza en las industrias textil y del papel, actividad que se venía ejecutando desde el año 1963 hasta 2019. La empresa con la complicidad de los entes estatales, usó distintas figuras legales, tenía exclusividad y exigía cuotas de producción, imponía lo que quería pagar, descontaba cantidades por concepto del valor de las herramientas y un sinnúmero de abusos que parten de la pose arrogante del empresario al que lo único que le interesa es hacer dinero a costa de todo, léase bien, a costa de todo.
Conocida la ubicación geográfica de estas haciendas, ahora nos trasladamos hacia esos parajes, vemos los campamentos en los que vivían los trabajadores -los que quedan, ya destruyeron algunos- como si con esa acción pudiese desaparecer todo el horror y sufrimiento que provocaron, no hay instalaciones sanitarias. agua potable, luz, ni ventilación, existía hacinamiento, un promedio de siete personas vivían en un solo cuarto, su ubicación dificulta poder acceder a los derechos de salud y educación, los trabajadores enfrentaban peligros físicos por deshidratación o exposición a ruidos mecánicos por la operación de las máquinas que pueden llevar a la pérdida de miembros y amputaciones, exposición al polvo que emana la fibra y que genera problemas respiratorios ye rgonómicos, por posturas forzadas y lesiones corporales.
Las mujeres recibían menos ingresos que los hombres, además se dedicaban al trabajo no remunerado, cuidado y crianza de sus hijos, muchos de ellos trabajaron en las haciendas, fueron víctimas de una de las peores formas de trabajo infantil que atentó contra su dignidad y les impidió desarrollarse integralmente; mujeres, niñas y adolescentes estaban expuestas a violencia sexual, dentro de las haciendas como en las largas caminatas que debían realizar para acceder a derechos básicos, por lo que, la
completa falta de control estatal antes del 2018, demuestra la ausencia de una política pública para cumplir las obligaciones derivadas de la prohibición de la esclavitud.
La Corte Constitucional establece en la reparación integral, montos económicos que debe cubrir la empresa para cada uno de las personas afectadas; por la gravedad de los hechos y la violación masiva de derechos, ordena se ejecute un acto público de reconocimiento de responsabilidad por parte de Furukawa con la presencia de las personas afectadas y medios de comunicación, la ciudadanía debe conocer que Furukawa sometió a generaciones de personas a una práctica análoga a la esclavitud durante más de cinco décadas; varios ministerios deben coordinar la producción de un documental que narre los hechos y será difundido en todas las unidades educativas a nivel nacional, permanecerá en una plataforma web online de fácil acceso para las personas; y, la Asamblea Nacional, debe declarar un día de conmemoración de las víctimas del sistema de servidumbre de la gleba impuesto por la empresa Furukawa. A difundir masivamente, pues esto no puede volver a suceder.