Salvador Pacheco Mora, con nietas y bisnietas, en un acto familiar, acompañado a la izquierda de Jorge Carvallo y a la derecha Ganso Peña
Nacido el 12 de julio de 1921 en Biblián, provincia del Cañar, Salvador Pacheco Mora falleció el 20 de octubre de 2024. Personaje notable en el campo comercial del país, fue ciudadano admirado por su espíritu emprendedor y afectuoso
a longevidad le permitió experiencias en el cruce de dos siglos, atestiguando los cambios de las necesidades y formas de vivir de la gente, empezando por él mismo, desde temprana edad, pues su padre murió en 1933 en un accidente de tránsito en Tabacay, dejándolo huérfano a los 12 y su madre después, en 1938, con fiebre tifoidea.
Un tío le llevó a vivir en Quito pero él no se acostumbró a sentirse protegido y decidió batirse solo, primero en el lugar nativo y después en Cuenca, a donde llegó en 1944 lleno de sueños juveniles, empezando por recorrer las boticas vendiendo medicinas que le proporcionaban casas farmacéuticas de Guayaquil.
Logotipo de la empresa comercial formado con las iniciales del personaje, hábil dibujo elaborado por su esposa Martha |
En el ajetreo trató con Guillermo Vázquez Astudillo, hombre de negocios ya establecidos en Cuenca al que se juntaría atraído por su afición de emprendimientos. Don Shalva, así le trataban los amigos, había acudido a la tienda de don Guillermo para comprar una máquina de escribir con la que iniciaría la modernización de sus tareas comerciales.
En 1964 ha incursionado en mayores emprendimientos, fundando Importadora Tomebamba, empresa para la importación y venta de vehículos, junto con Guillermo Vázquez. El mismo año crea su propia empresa, Comercial y Agrícola Salvador Pacheco Mora, en la calle Luis Cordero, donde permanece hasta hoy la casa matriz de una gran empresa de varios locales comerciales.
La carrera comercial de Pacheco Mora no descansa y es accionista de Hotel El Dorado y Huertos Uzhupud, empresas prósperas en el mundo del turismo, la licorería y de producción agrícola. También es accionista de la compañía Servicios Aéreos Nacionales (SAN) y de la envasadora Austrogás. Además, se ha incorporado al Club del Azuay y al Club Rotario de Cuenca, donde crecen sus relaciones con la sociedad cuencana y el mundo comercial. También se vincula y dirige la Sociedad de Choferes Sportman, la Asociación de Empleados y la Cámara de Comercio. Cuando en 1981Ecuador y Perú enfrentan problemas limítrofes que les lleva a enfrentamientos, él es nombrado tesorero de la Junta Cívica.
En su oficina, pasado de los noventa años. |
Por añadidura, sus relaciones comerciales se diversifican de muchas maneras y le buscan para hacerle representante las compañía Lan Chile y Aerolíneas Argentinas, lo que le facilita emprende rumbos fuera del país, como turísta o con fines de ampliación de las actividades comerciales que son las de su mejor desempeño.
Entre finales del siglo XX y lo corrido del XXI Salvador Pacheco Mora es uno de los más prósperos comerciantes emprendedores de Cuenca. En sus locales hay toda clase de productos para el hogar, para la industria, para la construcción. En 1979 y 1986 es condecorado por el ministerio del Trabajo y el ministerio de Industrias le confiere la presea Al Mérito Comercial.
Todo lo anterior corresponde al hombre de negocios, en estrecha relación con su vida privada. Al cumplir los 90 años en una conversación con la revista AVANCE habló con orgullo de sus sacrificios personales en los años iniciales y de juventud. Recién llegado a Cuenca, fue inquilino de la familia Neira en la calle Sucre y General Torres, mientras una tienda la instaló en las proximidades. La comida la había contratado a una conocida mujer que ofrecía cafés, almuerzos y meriendas por 160 sucres mensuales.
Crespones de duelo en la puertas cerradas del local comercial |
En 1949 contrajo matrimonio con Teresa Espinoza, con quien tendría a su hija Monserrath, la continuadora, con sus hijos, del negocio heredado. En 1981 un cáncer incurable acabó con la vida de su esposa y pasado más de un año de viudez, casó por segundas nupcias con Martha Sarmiento, a quien conoció en tiempos juveniles en la Joyería Vázquez, de su amigo Guillermo.
Bastante pasado de los noventa años, Don Shalva, dueño de una fortaleza de salud notoria, seguía asistiendo todo los días a la oficina de su local principal en la calle Luis Cordero, identificado con su nombre ya tradicional y con un conejito armado con las iniciales SPM, hábil dibujo creado por Martha, la segunda esposa, hace más de cuarenta años.
El personaje ha recibido reconocimientos de instituciones de Cuenca y del país. Su nombre es popular, asociado a las actividades comerciales del medio, pero poco han trascendido, en los último años, los valores de esfuerzos humanos muy personales que él representaba y vale difundirlos para conocimiento de nuevas generaciones, a través del escueto perfil preparado al cierre de la presente edición de AVANCE.