La tumba de James Douglas Morrison, cantante y compositor de la banda “The Doors”, es la más visitada y ha tenido que cercarse a fin de impedir que los visitantes continuaran escribiendo sobre ella, haciendo rituales de todo tipo (incluso sexuales) y usándola simbólicamente para consumir drogas de todo tipo sobre ella
El cementerio Père Lachaise, ubicado en París, es ciertamente uno de los más visitados del mundo no solamente por turistas, sino por los parisinos, quienes lo transitan a diario como si fuese un parque para hacer caminatas y hay quienes lo utilizan para hacer deporte, aunque para ello tienen que cuidarse un poco de los vigilantes, cuya labor es no solamente custodiar la integridad de las tumbas, sino de que se respete la esencia tranquila de este camposanto.
A partir de la apertura del cementerio en 1804, el mismo ha sido objeto de varias modificaciones a fin de extender el área sobre la que se asienta aunque siempre se respetó, dentro de ciertos parámetros, el diseño original, mismo que le corresponde a Alexandre Théodore Brongniart, un arquitecto neoclásico que pasó a la historia gracias a dicho diseño. De diecisiete hectáreas que originalmente tenía el diseño, se ha llegado a 43 hectáreas; la consecuencia es un total de 70.000 tumbas. El nombre del cementerio se escogió como forma de homenaje al confesor de Luis XIV, el padre François D’Aix de la Chaise.
Un solo artículo no basta para describir las diferentes áreas y las singulares esculturas que pueden visitarse, pues para comenzar resulta tentador el deambular por el cementerio tratando de encontrar al menos algunas de las tumbas que corresponden a los nombres famosos que comprenden una lista que se entrega al visitante a la entrada: Molière, Edith Piaf, Chopin, Delacroix, etc.; dichas tumbas son muy frecuentadas dado que ni la muerte ha borrado su huella en la cultura.
Sin embargo, son ciertas tumbas las que se han vuelto objeto de gran interés por parte del público, aunque su estructura como tal no sea tan llamativa. Se puede comenzar pues con la tumba de James Douglas Morrison, más conocido como Jim Morrison por su papel como cantante y compositor de la banda “The Doors”. Su tumba, que se considera como la más visitada de todo el cementerio, es una de las que han tenido que cercarse a fin de impedir que los visitantes continuaran escribiendo sobre ella, haciendo rituales de todo tipo (incluso sexuales) y hasta usándola simbólicamente para consumir drogas de todo tipo sobre ella. Cuando la autoridad cercó esta tumba, los visitantes empezaron a pegar chicle en el árbol que está junto a la tumba como forma simbólica de dejar su huella lo más cerca posible de Morrison, por lo que incluso ahora el árbol ha sido cercado con bambú. Así, se ha logrado hoy que lo máximo que puedan poner los visitantes son flores que son lanzadas desde afuera del cerramiento.
Otra tumba emblemática es aquella en la que yace el famoso escritor Oscar Wilde; esta tumba es una de las más dañadas por los turistas debido a que a alguien se le ocurrió no solamente escribir grafiti en ella sino pintarse los labios de carmín y besar la tumba, lo que provocó que cientos de turistas hagan lo mismo durante años, de forma que la tumba está cubierta de huellas de labios impregnados con labial, un elemento que ha sido muy difícil de limpiar. Para cuando visité la tumba en una tercera ocasión, la autoridad había por fin cubierto la fachada de la tumba con vidrio para impedir que el daño continúe.
Menos conocido es quizá el periodista Victor Noir, quien murió de un disparo en manos del príncipe Pierre Bonaparte; aparentemente, el mito es que las mujeres que desean ser madres pero no pueden concebir, pueden volverse fértiles si se masturban sobre la protuberancia que representa el órgano sexual masculino de la escultura que adorna la tumba de Noir. Esto ha provocado que la escultura de bronce, cubierta en pátina, solamente deje ver su metal original justamente en la zona correspondiente a las partes íntimas de la estatua. Así, muchas mujeres han sido arrestadas al ser atrapadas in fraganti.
Desgraciadamente, en mi visita en 2019 a París pude ver el cementerio muy deslucido y extremadamente mal cuidado: hay tumbas rotas, las esculturas no se han limpiado en mucho tiempo, de forma que las que son de piedra tienen mucho moho y las de cobre se ven verdes debido a la pátina; hay maleza creciendo en muchas áreas, etc.; de todas formas, es una visita que siempre vale la pena porque es una caminata muy relajante y silenciosa, siempre y cuando se escoja adentrarse por las zonas donde no hay tumbas famosas, pues para ver éstas hay que tener paciencia y esperar.