Con más de sesenta años de cargar la cámara fotográfica, Vicente Tello Tapia -don Vichi- continúa captando imágenes sugestivas en las calles de CUenca: la vieja máquina con rollos de película la ha sustituído con un moderno equipo digital, pero el resultado es el mismo: en sus fotos hay arte, iniciativa, sensibilidad humana belleza y mensaje social.

Una exposición de este artista de la fotografía está en la Galería de la alcaldía €“calles Bolívar y Borrero- donde la gente va a disfrutar del encanto de los paisajes de Cuenca y sus alrededores, del esplendor de las torres iluminadas de los templos, el encanto de los atardeceres con nubes rojizas y los contrastes entre el día y la noche.

Hay también tomas de hondo contenido humano, como la madre que da de amamantar a sus críos mellizos en cada uno de sus pechos, o la denuncia social de movilización de protesta pública frente a la hosca insensibilidad de la fuerza pública.

Una sección ha sido dedicada exclusivamente a fotografías del padre Carlos Crespi, legendario sacerdote salesiano que va camino a los altares y aparece en celebraciones litúrgicas o rodeado de niños, que seguramente son cuarentones orgullosos de haberse perennizado junto al santo religioso. Allí están también las fotografías del incendio de la casa salesiana en el año 1962, en la plaza de María Auxiliadora, que sufrieron los cuencanos como una de las catástrofes del siglo XX en la ciudad. El blanco y negro de esta sección imprime el dejo de antigüedad que contrasta con las fotografías actuales a todo colorido.

Vicente Tello Tapia, nacido en enero de 1932, es un personaje de Cuenca. Pocos como él, han puesto la mirada con más penetración en los objetivos de la cámara fotográfica para perennizar instantes y sucesos irrepetibles que son testimonios de vida y de historia. La exposición es apenas una muestra ligera, de lo mucho que tiene para presentar a los ojos del público este hombre jovial que se niega a dejarse doblegar por el cargamento irrenunciable de los años.