Jefferson Pérez Quezada es buena noticia permanente para los ecuatorianos. Con la medalla de plata que alcanzó en los Juegos Olímpicos de Beijing, en China, terminó su actuación deportiva a escala mundial logrando una nueva gloria para el Ecuador.
Modelo de perseverancia, de entrega total a lo suyo, el deporte, es el personaje de actualidad más universal del Ecuador, convertido en un símbolo e ídolo para la juventud del mundo. Los ecuatorianos conocen los pormenores de su vida y su trayectoria de andarín conquistando triunfos en el país y en el exterior, como conocen sus orígenes humildes desde los cuales escaló posiciones elevadas con su propio esfuerzo, para hacer aún más grande su figura y más meritorios sus logros deportivos.
Dueño de las únicas dos medallas olímpicas alcanzadas por el Ecuador en su historia €“en 1996 fue la de oro en marcha- Jefferson se ha caracterizado por la modestia frente a los triunfos, lo que ha hecho más admirable su personalidad y motivo de emulación para los jóvenes ecuatorianos.
No obstante, al culminar su trayectoria deportiva, improvisó un comentario político que de alguna manera ha empañado el brillo de la medalla: tras consagrarse otra vez como el deportista más brillante de la historia ecuatoriana, se refirió peyorativamente a la labor de la Asamblea Constituyente del Ecuador y aludiendo a los símbolos patrios dijo desconocer si no habrían sido cambiados, pues el país €“afirmó- atraviesa por una temporada de cambios que los juzgó en forma negativa.
No fue oportuna la alusión política, no por su contenido, pues aunque hubiese sido elogiosa para la Asamblea Constituyente y la realidad actual del Ecuador, el podio más alto del mundo no podía servir para expresar un comentario que, proviniendo del deportista triunfante en una competición universal, estaba inevitablemente orientado a una tendencia política.
Su retorno al país estuvo precedido de una noticia alarmante sobre sus condiciones de salud, debido a una afección degenerativa irreversible, pero la versión propalada desde el propio entorno del marchista, fue inmediatamente desmentida para afirmar que si en efecto Pérez sufre un problema articulatorio, una temporada de reposo le devolverá el estado normal de su salud.