Frontis del Aeropuerto de Cuenca aéreo inaugurado en 2005
Aeropuerto de Cuenca por dentro y por fuera, el local fue completamente reconstruido.
 

Frontis del terminal aéreo inaugurado en 2005 y el de 2008: por dentro y por fuera, el local fue completamente reconstruido.

 

Desde que el 4 de noviembre de 1920 el piloto italiano Elia Liut aterrizó con su pequeño bimotor en el campo de Jericó, en Narancay, raras veces los cuencanos volvieron a ver los aviones en mucho tiempo, en el campo de aterrizaje de El Tablón, sobre la zona de Machángara.

El 22 de julio de 1932 el avión Ecuador llegó procedente de Latacunga, en el inicio del Vuelo de Circunvalación a la República, entre Latacunga-Cuenca-Loja-Guayaquil-Salinas-Manta-Quito, pilotado por Cosme Renella. El retorno fue en sentido inverso, al mando del piloto César Monge, el 19 de agosto siguiente, pero la nave se estrelló en Calceta, Manabí, donde murió el piloto y dos acompañantes quedaron heridos.

El 8 de julio de 1934 se cumplieron los primeros vuelos directos Quito-Cuenca-Quito, con dos naves pilotadas por los mayores Luis Mantilla y Cosme Renella, que circunvalaron sobre la ciudad antes del aterrizaje, causando entusiasmo y admiración de los cuencanos.

El 25 de abril de 1941 se iniciaron las operaciones aeronáuticas normales, cuando una nave de la compañía Panagra inauguró la actual pista del aeropuerto Mariscal Lamar. Fue un viernes: el avión llegó con el Presidente Carlos Alberto Arroyo del Río, los Ministros de Gobierno Carlos Aguilar Vázquez, de Defensa Vicente Santisteban Elizalde, sus esposas, el Vicepresidente de Panagra para América Latina, Douglas Campwell, y la Reina de la Aviación de Pichincha, Gloria Eastman Lasso.

Elia Liut, el primer piloto que aterrizó en Cuenca en 1920.
Elia Liut, el primer piloto que aterrizó en Cuenca en 1920.



Fue un acto histórico. Las autoridades locales, presididas por el Gobernador Julio Vinueza y el Jefe de la III Zona Militar, Agustín Albán Borja, dieron la bienvenida al Presidente y su comitiva, en un ambiente de regocijo propio de los grandes acontecimientos.

El Ministro de Defensa en el discurso inaugural elogió la obra del liberalismo y tuvo expresiones de afecto para Cuenca: " ¡Salve, oh Cuenca! La admirada Cuenca, reina del Austro ecuatoriano y orgullo nuestro; que el cielo esplendoroso que te cubre, sea no solo motivo de inspiración fecunda de tus poetas y pensadores, fuente inagotable de bondades infinitas, y marco yuxtapuesto de cuantas bellezas encierras, sino también el medio maravilloso de que se valga la civilización para acrecentar el ritmo de tu progreso y de tu gloria".

Multitudinario desfile en homenaje al piloto Elia Liut, primer piloto en traer un avión a Cuenca, el 4 de noviembre de 1920, pasa por el parque Calderón.

Multitudinario desfile en homenaje al piloto Elia Liut, primer piloto en traer un avión a Cuenca, el 4 de noviembre de 1920, pasa por el parque Calderón.



La construcción de la pista de aterrizaje estuvo a cargo de la compañía estadounidense Panagra, que asumió el contrato por el decreto ejecutivo 138, de 24 de diciembre de 1940, por el cual la empresa ejecutó obras similares para otras ciudades.

Tras la emotiva inauguración en el campo de aviación, el mandatario y sus acompañantes presidieron un desfile militar hasta la Gobernación, donde hubo una nueva ceremonia, previa al brindis de champagne ofrecida por el representante del Ejecutivo. Por la noche, la fiesta inaugural del aeródromo fue en el Club del Azuay.

El Presidente Arroyo del Río, tercero de la izquierda, con autoridades asistentes a la inauguración del aeropuerto de Cuenca el 25 de abril de 1941: foto publicada al otro día por diario El Mercurio.

El Presidente Arroyo del Río, tercero de la izquierda, con autoridades asistentes a la inauguración del aeropuerto de Cuenca el 25 de abril de 1941: foto publicada al otro día por diario El Mercurio.



Al otro día, la comitiva oficial retornó a Quito, haciendo escala en Guayaquil. Dos días después, el 27 de abril, Panagra inauguró los vuelos comerciales ofreciendo sus servicios de comunicación con Guayaquil en 45 minutos de vuelo y con Quito en dos horas, incluida la escala en el Puerto.

Publicidad del servicio aéreo entre Cuenca, Quito y Guayaquil, en los diarios del país en abril de 1941.

Publicidad del servicio aéreo entre Cuenca, Quito y Guayaquil, en los diarios del país en abril de 1941.



Para comprender la importancia del adelanto logrado por Cuenca en su conexión con las dos principales ciudades del país, es preciso recordar que a la fecha para viajar a la capital de la República y a Guayaquil había que movilizarse en acémila hasta Huigra, para tomar el ferrocarril a Sibambe, desde donde se hacía trasbordo hacia el norte o la costa.

Eran tiempos en los que la ciudad no iba más allá del centro histórico, pues fuera de sus límites todo era agreste y rural. La Municipalidad debatía una propuesta de declarar zona urbana la periferia del aeropuerto, que fue negada, pues no era conveniente fijar como urbana una zona desprovista de servicios básicos.

 

El avión presidencial, bautizado como Azuay, con el que Velasco Ibarra (en el recuadro) hizo un vuelo nocturno de Cuenca a Quito en los años 40.

El avión presidencial, bautizado como Azuay, con el que Velasco Ibarra (en el recuadro) hizo un vuelo nocturno de Cuenca a Quito en los años 40.

 

 

El terminal y otras historias

En abril de 1984 el Presidente Osvaldo Hurtado inauguró el terminal del aeropuerto de Cuenca, que sustituyó a la pequeña casa con una torrecilla al borde de la pista, que había servido al menos durante las tres décadas anteriores.

Eduardo Ramírez, Director Ejecutivo de la Corporación Aeroportuaria de Cuenca.
Hugo Alvarado, coronel de aviación (r), autoridad de la DAC en Cuenca desde hace cerca de dos décadas

Eduardo Ramírez, Director Ejecutivo de la Corporación Aeroportuaria de Cuenca.

Hugo Alvarado, coronel de aviación (r), autoridad de la DAC en Cuenca desde hace cerca de dos décadas.



El edificio fue considerado entonces moderno y funcional, hasta que en 2001 la Dirección de Aviación Civil y la Municipalidad de Cuenca €“presidida por el alcalde Fernando Cordero- firmaron un convenio para remodelarlo a tono con la tecnología nueva, incluyendo la ampliación de las plataformas de parqueo de aviones y para automóviles.

Gabriel Ledesma fue el ingeniero contratado para la dirección técnica de la obra, con los planos arquitectónicos, estructurales, eléctricos, sanitarios, telefónicos, de sonido, contra incendios, etc. elaborados por la DAC y la Municipalidad, instituciones que hicieron, en su orden, la supervisión y la fiscalización.

En marzo de 2005 fue inaugurado el terminal nuevo del aeropuerto Mariscal Lamar, en el que se invirtieron 1 ´500 mil dólares en el edificio; 500 mil dólares en la plataforma para estacionamiento de aviones y 200 mil en la remodelación del parqueadero para automóviles.

Las ampliaciones y mejoras fueron diseñadas con la proyección de operaciones internacionales, empezando por vuelos transfronterizos entre Ecuador y Perú, que nunca se dieron. Se anunció como una obra dotada de equipamiento de punta, para muchos años. Disponía de un área de preembarque con todas las instalaciones; 12 locales para tiendas, que no llegaron a utilizarse, lujosas escaleras de mármol con pasamanos de acero inoxidable y un ascensor que costó 50 mil dólares y nunca fue utilizado.

En la planta alta había locales destinados a zona aduanera, de migración, de revisiones sanitarias y hasta para retención provisional de personas "no deseables" bajo alguna sospecha €“según normas internacionales-, 13 oficinas para administración con redes de computación, que tampoco llegaron a usarse. Además, un patio de comidas con un restaurante y cinco locales de comida rápida equipados con gas, agua caliente, sanitarios y pantallas para avisos.

Antes de inaugurar el terminal remodelado, la Dirección de Aviación Civil invirtió 3.22 millones de dólares en iluminar la pista para operaciones nocturnas. Fue un proceso largo, que empezó en 1997 cuando la vicepresidenta Rosalía Arteaga entregó un aporte inicial de 300 mil dólares y luego fueron los gobiernos de Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacio los que continuaron con aportaciones.

El 30 de junio de 2004 se inauguró el servicio nocturno de aviación en Cuenca, con una ceremonia en la que el Presidente Lucio Gutiérrez, el Director de la DAC y el Alcalde de Cuenca accionaron los interruptores de iluminación de la pista y de los sistemas de aproximación con luces en las montañas próximas a la ciudad.


La temeridad de Velasco

En su segunda presidencia Velasco Ibarra (1944-1947) hizo el primer vuelo nocturno desde Cuenca, cuando pasadas las 19h00, tras un contratiempo político, decidió no pernoctar en esta ciudad, y ordenó al piloto presidencial volver a Quito, para lo cual fueron colocados carros con las luces prendidas en los bordes de la pista, para orientar al piloto hasta emprender el vuelo.

El piloto fue el coronel Rafael Andrade Ochoa, nativo de Cañar, que años más tarde llegó a Comandante de la Fuerza Aérea y Ministro de Defensa. Era un Junkers de fabricación alemana, que perteneció al Servicio Ecuatoriano de Transporte Aéreo (SEDTA), tras ser requisado en 1941, por ser nave de un país enemigo, en tiempos de la Guerra Mundial. Fue el primer avión presidencial, al que Velasco Ibarra gustaba llamarlo El Poeta, desde la temeraria hazaña del vuelo nocturno sobre los Andes, que lo hizo elogiar al otro día al piloto Andrade Ochoa ante los periodistas, diciendo que "los aviadores son como los poetas, que gustan soñar con las estrellas".

El avión fue retirado de la FAE en 1949 y pasó a la empresa Transportes Aéreos Orientales (TAO), hasta el 8 de abril de 1958, cuando al decolar del aeropuerto de Quito, se apagó uno de sus motores y en el viraje intentando un aterrizaje forzoso en un sembrío de maíz de Cotocollao, perdió el otro motor y se partió en dos, causando la muerte de dos de doce ocupantes. El piloto, Christoph Drexel, escapó de morir.

El día anterior, un DC-3 de la compañía AREA que volaba de Guayaquil a Quito se estrelló en la cordillera de Chugchillán, cerca de Quevedo, causando la muerte de sus 32 ocupantes. Los dos accidentes consecutivos enlutaron al país dando origen a que en la historia de la aviación nacional se aludiera a "la semana en la que no se debió volar".

 

Los últimos retoques

El 1 de noviembre de 2006 se creó la Corporación Aeroportuaria de Cuenca, cuyos socios son la Municipalidad, el Consejo Provincial, las Cámaras de la Producción y la fundación ACUDIR, luego que la DAC entregara a la Municipalidad la responsabilidad de la administración y operación del aeropuerto.

De inmediato se inició un plan de mejoramiento del aeródromo y sus instalaciones, con un crédito por 3 ´478.000 dólares del Banco del Estado, para remodelar el terminal, el recapeo de la pista, la construcción del cerramiento perimetral, obras de drenaje, compra de una autobomba, trajes para los bomberos, cámaras de seguridad y videovigilancia y sistemas de rayos X para inspeccionar el equipaje de los pasajeros.

Eduardo Ramírez Malo es Director Ejecutivo de la Corporación. Él justifica la intervención en el terminal a tres años de inaugurarse las mejoras, para mejorar la seguridad y el servicio, con la proyección de hasta diez años y un plan de ampliar las rutas nacionales e internacionales, empezando por el norte del Perú.

Considera que el terminal no satisfacía las exigencias técnicas para la operación ni comodidad al público, con espacios reducidos de preembarque, problemas acústicos €“que deben evitarse por el propio ruido de los aviones-, falta de cielo raso en la segunda planta, desniveles en el piso y otras especificaciones aeronáuticas, que recomendó la DAC para que se las enmendara.

En sus planes próximos está dotar de nuevas instalaciones y mejoras, utilizando los espacios disponibles ocupados por el restaurante Rancho Chileno, una estación de servicio de combustibles y terrenos aledaños al terminal actual. Además, prevé comprar terrenos y edificaciones particulares entre la pista aérea y la avenida España, así como prolongar más de 350 metros la cabecera norte de la pista, sobre pilares.

Estas obras son necesarias por la creciente demanda de servicios. Una estadística hace conocer que en 2000 viajaron 167.759 personas entre Cuenca y las ciudades de Guayaquil y Quito. En 2007 volaron 487 mil pasajeros. Ahora el movimiento aéreo es de 14 vuelos diarios los lunes y martes; 15 de miércoles a viernes y 12 los días sábado, siempre entre las tres ciudades mencionadas, a cargo de naves de TAME, Aerogal e Ícaro.

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