Leonardo Berrezueta

Es necesario recordar que sobre la base de la participación ciudadana en la toma de decisiones gubernamentales, y en este caso de la selección de candidatos de elección popular, no podemos perder el norte y olvidarnos del fin que persigue este proceso de primarias, cual es el de escuchar la voz del supremo soberano, el pueblo, respetando sus decisiones y preferencias

 

Cuando en 1904 en medio de la primera exposición artesanal del Azuay, Luis Cordero Crespo da a conocer su creación sobre la letra del Himno a Cuenca, -que luego fue oficializado el 18 de Abril de 1939 mediante Acuerdo Municipal- nunca se imaginó siquiera que un siglo más tarde, las estrofas de su himno tendrían tanta resonancia nacional por la labor de los hijos de esta tierra gloriosa.

Cuenca se ha caracterizado por ser una ciudad cultural por excelencia, cuna de grandes poetas, literatos, cientistas, santos, deportistas, políticos connotados en el concierto nacional e internacional, diplomáticos.   En fin, un sinnúmero de notables ciudadanos en diferentes ramas del saber que han hecho de Cuenca un verdadero "lujo y honra del noble Ecuador".

En los actuales momentos, Cuenca crece a pasos agigantados de cara a los nuevos retos que el progreso contemporáneo impone.   En el año 2009, Cuenca cumplirá 10 años de su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la UNESCO, lo que implica tener una doble responsabilidad frente a la conservación de su centro histórico y de todos los elementos arquitectónicos, culturales, artísticos y de su entorno que le llevaron a tener tan importante título, ratificando a todas luces que Cuenca es esa ciudad "ilustre de galas vestida, rebosante de luz y de vida".

Fundada con el nombre de "Santa Ana de los Ríos de Cuenca" y declarada en su fundación por el Reino de España como la "Muy Noble y Muy Leal", título que le fue entregado, según cronistas de la época, por ser heredera de las virtudes de España, de Pelayo y los Reyes Católicos, ha ratificado que su nobleza y su lealtad hacia las causas nacionales en el marco de la ética, la honradez y el empuje de su gente, siempre han sido el norte que ha guiado su camino hacia el progreso.   En medio de muchas vicisitudes y complicaciones, Cuenca ha surgido y ha emprendido en un despegue de progreso y visión hacia el futuro, priorizando siempre su orgullo "morlaco" en defensa de la cuencanía y de su mirada hacia las postrimerías del tiempo, haciendo eco de una estrofa casi nunca cantada de su himno: "Ten por lema virtud y trabajo; con el sabio el obrero compita; todo azuayo a sus hijos repita: Sin trabajo y virtud, no hay honor".

Para Cuenca, el futuro se construye siempre mirando su pasado. Ese pasado de tradiciones, costumbres, leyendas y vivencias que la han convertido en un lugar único en el mundo.   Ese futuro se construye con el tesón y la fuerza de su gente, con la transparencia de sus acciones, pero sobre todo con el profundo amor y orgullo de los cuencanos por esta tierra que nos ha visto nacer, crecer y morir.   Muchos no hemos nacido en esta ciudad -en mi caso particular por una mera casualidad- pero la vivimos y la amamos con profunda convicción y respeto por todo lo que ella implica y por todo lo que representa para nuestras generaciones pasadas y futuras.

Nuestro homenaje a la Muy Noble y Muy Leal Santa Ana de los Ríos de Cuenca en sus 451 años de Fundación, recordando con orgullo su pasado, no solo como una luz progresista al sur del Ecuador, sino como ese referente nacional de opinión, crítica y solución, en momentos difíciles para la patria.

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