Es saludable el debate sobre temas de trascendencia social que nunca habían sido motivo de preocupación de gobiernos "progresistas" que administraron hasta hace poco el país

 

 

Galo Chiriboga
El Ministro de Minas y Petróleos, Galo Chiriboga, preside reuniones
del diálogo minero que se reactivaron por iniciativa del Gobierno.

 

La minería y la tercerización laboral son temas de trascendencia social en los que se centrarán discusiones y pronunciamientos oficiales, así como de los sectores particulares involucrados, en el presente mes de mayo.

Las posiciones del Gobierno y de la Asamblea Constituyente, en torno a la minería, van recogiendo argumentos de organizaciones campesinas, líderes políticos, empresarios mineros y personas con capacidad para intervenir en el análisis, a fin de que la nueva Ley de Minería sin descartar la exploración y explotación de los recursos del subsuelo, ponga a salvo la preservación del medio ambiente, la justa distribución de las regalías mineras y el respeto a los derechos de los trabajadores al servicio de las empresas.

Por primera vez en el país se ha activado tanto interés público sobre el tema de la minería. Parecería que bajo la conducción de la Asamblea Constituyente, el tema se ha insertado en una línea que permite abordar los conflictos relativos a estos menesteres tomando distancias €“por primera vez- , de las posiciones políticas que han pretendido imponerse mediante amenazas y aún medidas de hecho.

Una de las razones fuertes esgrimidas para exigir la abolición completa de la minería, para que se declarara al Ecuador país libre de ella, se sustentaba en la defensa ambiental. Una argumentación aceptable, pero lastimosamente con un disfraz de fanatismo ecológico que llegó a denunciar problemas de contaminación de las aguas en sitios donde no se hacía otra cosa que exploración, con miras a una futura e incierta explotación de minerales.

En todo caso, el debate sobre el futuro de la minería en el Ecuador se lo percibe dentro de una razonable conducción liderada por el Gobierno y el Asamblea Constituyente. El punto de partida es la existencia de grandes yacimientos de metales preciosos en varias regiones del país, recursos que pueden tener gran significación para la economía y el desarrollo, pero que deben ser explotados bajo condicionamientos ambientales y sociales que no atenten contra la vida presente y futura de los ecuatorianos, especialmente de quienes viven en las zonas mineras y sus alrededores.

Es positivo el paso logrado para ubicar en su sitio a los dirigentes de organizaciones campesinas que, a pretexto de defender el agua y los recursos del suelo y del subsuelo, habían convertido el tema minero en una veta de explotación política con grandes beneficios personales.

 

El fin de la tercerización

La abolición de la tercerización laboral es motivo también de intensa preocupación de los ecuatorianos en este mes. La decisión del Gobierno de erradicarla, por ser mecanismo de explotación y menosprecio de los derechos de los trabajadores, ha encontrado apoyo de los obreros que han experimentado las consecuencias negativas de una práctica generalizada para evadir responsabilidades laborales, desproteger de los beneficios sociales y de estabilidad a quienes son los que generan la riqueza de los empresarios.

Las declaraciones del Presidente Correa y las acciones emprendidas en el tema de la tercerización, con motivo del Día Universal del Trabajo, el primer día de mayo, son evidencias de que el Ecuador se encuentra inmerso en un ámbito de transformaciones sociales que marcan hitos históricos en el destino del país y de sus habitantes.

 

 

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