Alba Luz Mora
La presencia de Hillary Clinton, postulada para la Presidencia, ha significado para las mujeres la oportunidad de ser gobernadas por una de su género, en un país donde aún subsiste un machismo subrepticio muestra del cual han sido ciertos calificativos y burlas respecto a la candidata

 
Las elecciones primarias de Estados Unidos que definirán quienes serán los candidatos del Partido Demócrata y del Republicano para la elección presidencial, han cobrado gran interés desde el punto de vista de los postulados demócratas, porque hay dos posibilidades de triunfo en sus finalistas: como la ex Primera Dama Hillary Clinton y el moreno Barack Obama. Ellos encarnan dos posturas novedosas, la de la mujer que por primera vez podría ser Presidenta de la República y termine con los prejuicios por razones de género, y la del representante de los inmigrantes afro descendientes en un país que hasta hace poco se caracterizaba por una fuerte discriminación racial.

Muy a tono con los tiempos, el Partido norteamericano más liberal ha seleccionado con criterio innovador a sus precandidatos, dando oportunidad para que grandes sectores sociales se sientan adheridos a su causa con entusiasmo y creciente expectación. Ha puesto en primera plana el debate sobre la política migratoria y la presencia ilegal de miles de inmigrantes. Inclusive el Consejo Nacional de la Raza (NCLR), la organización hispana más importante de Estados Unidos, instó a los precandidatos , a poner fin a la campaña de "odio" contra los llegados en diferentes épocas a USA, y les advirtió sobre las consecuencias electorales.

La presencia de Hillary Clinton, primera mujer postulada para la Presidencia, ha significado para las mujeres la exclusiva oportunidad de ser gobernadas por una de su género, en un país donde aún subsiste un machismo subrepticio muestra del cual han sido ciertos calificativos y burlas respecto a la candidata.

Para quienes conocimos por primera vez Norteamérica en los años 60 del pasado siglo XX, nos impresionó la segregación racial: barrios enteros como el de Washington o el de Harlem en Nueva York que han agrupado a los negros, almacenes de departamentos, iglesias, transportes y otras instancias los discriminaban abiertamente. Y nos causaba perplejidad que un líder como Martín Luther King, que hizo tanto por sus semejantes, fuera sacrificado por el fanatismo y la violencia. Este cambio mental a comienzos del siglo XXI centra la atención general. No en vano se han vivido décadas de duras controversias, complejos y reconsideraciones, para llegar a una época en que la morena Condoriza Rice es la protagonista de la política exterior de USA y ahora Barack Obama un potencial gobernante. Veremos pronto la decisión de los electores, su postura frente a una mujer a las puertas del Poder Político y las reacciones que sigan a la definitiva candidatura demócrata. Enhorabuena que el mundo vaya superando discrímenes aberrantes.

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