Al dejar la Presidencia de Cuba, crece ante el mundo la imagen del revolucionario que defendió la soberanía y dignidad de su pequeña isla ante el acoso del país más poderoso de la Tierra.
Fidel Castro Ruz dejó la Presidencia de Cuba y el 24 de febrero fue sustituido en el cargo por su hermano Raúl, compañero de luchas desde tiempos precedentes a la revolución que a fines de los años 50 del siglo pasado liberó a la isla caribeña de la ingerencia política y económica de los Estados Unidos.
Acosado por una afección de la salud que le ha mantenido en receso desde julio de 1996, el mandatario acabó por renunciar al poder que lo asumió el 16 de febrero de1959 para ser elegido por la Asamblea Popular Presidente del Consejo de Estado en diciembre de 1976.
Fidel Castro, nacido en 1926, tomó el poder por las armas, comandando acciones guerrilleras desde Sierra Maestra, para irrumpir en Santiago a fines de 1958 y provocar la huída del dictador Batista a los Estados Unidos el 8 de enero de 1959. Sus primeras acciones fueron la expropiación de grandes propiedades en manos extranjeras, la nacionalización de las empresas petroleras y compañías de los Estados Unidos.
El gobierno norteamericano rompió relaciones con Cuba el 4 de enero de 1961 e intentó invadirla, pero sus fuerzas fueron derrocadas en Bahía de Cochinos. Vino entonces el embargo de Cuba, aislándola, con el apoyo inicial de la mayor parte de gobiernos de América. Castro proclamó a su país como una República Socialista gobernada por el Partido Comunista.
El poder carismático con el que Castro conquistó el apoyo popular le permitió mantener unido al país para superar las condiciones más adversas en casi medio siglo de aislamiento económico internacional. Su liderazgo trascendió de las pequeña isla caribeña a nivel mundial y en los años 80 envió tropas a Angola para lograr la independencia de Namibia.
Su nombre está ligado al de Ernesto Che Guevara, el compañero de armas decisivo para el éxito de las incursiones guerrilleras y luchas para la toma del poder. El mandatario convirtió a su país en ejemplo de integridad moral frente a la ingerencia extranjera, para demostrar al mundo que en la defensa de la dignidad nacional, no pueden haber claudicaciones ni negociaciones: Castro se convirtió ante el mundo en ejemplo de firmeza, fortaleza y respeto a la soberanía de su país.
Al trascender la renuncia a la Presidencia de Cuba, la imagen de Fidel se ha acrecentado ante el mundo y hasta sus más recalcitrantes adversarios no han podido dejar de expresar €“pese a la satisfacción por el fin de una era política en Cuba- la admiración por el personaje al que, de alguna manera, se le han rendido en vida honores póstumos: el fin de su vida biológica estaría cercano, pero Castro tiene asegurada la inmortalidad ante la historia de su país y del mundo.
En manos de Raúl Castro, nacido en 1932, está el destino económico, social y político de Cuba y según sus primeras afirmaciones, mantendrá los lineamientos y aun la asesoría de Fidel en su mandato.