Al comenzar un nuevo año se abren puertas de esperanza para los habitantes del mundo. En el Ecuador hay muchas razones para que esas esperanzas tengan sustento, cuando el país vive una etapa histórica excepcional y está en elaboración una nueva Constitución que responda a las exigencias de transformación impuestas por mandato popular a través de las urnas electorales.

Algunos episodios en las postrimerías del año 2007 sembraron zozobra e incertidumbre por el tratamiento de los temas de orden tributario, para que en el futuro haya justicia en los aportes que los ecuatorianos debemos rendir ante el Estado: los protagonistas de tales hechos, nadie puede negarlo, eran fundamentalmente los representantes de sectores evasores o vinculados con la evasión de impuestos al fisco. Así no se hace patria, así no se puede hablar de los cambios que el pueblo demanda.

Comprensible, por cierto, que los privilegiados de ayer deseen mantener sus prebendas, pero es imperdonable que tengan el descaro de intentar el sometimiento de los asambleístas y el gobierno €“fruto de un excepcional apoyo colectivo- a sus particulares intereses. Obligación de los medios es, con responsabilidad, advertir estos detalles al público, para que no se deje sorprender por líderes tradicionales y "dueños" del pasado del país que pretenden aparecer como patriotas que defienden aspiraciones mayoritarias. Los tiempos han cambiado, hay que reconocerlo y aceptarlo.

Lo que realmente interesa al país es que Gobierno y Constituyente tengan éxito en sus actividades. Que se los deje trabajar en un clima de paz constructiva, confiando siempre en que serán leales a la voluntad mayoritaria con la que accedieron a sus responsabilidades. Que hay que estar vigilantes, es cierto, pero no actuar con el propósito de buscar su fracaso.

Es un año realmente de esperanzas para el país el que empieza en este mes de enero. Un año, además, en el que se rememoran acontecimientos trascendentales de la vida y la cultura del Azuay y del país: en junio se cumplirán cien años de la unión de Guayaquil y Quito a través del ferrocarril, obra monumental de Eloy Alfaro; en este mes se conmemoran 180 años del nacimiento del periodismo azuayo, con Fray Vicente Solano a la cabeza. Acaban de cumplirse 50 años de la creación de la Unión de Periodistas del Azuay: hechos importantes a los que se da importancia en la presente edición de AVANCE, medio de comunicación que en este año conmemora los 30 años de la primera aparición, como semanario, antes de convertirse en la publicación mensual de los últimos tiempos.

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