Leonardo Berrezueta

Es necesario recordar que sobre la base de la participación ciudadana en la toma de decisiones gubernamentales, y en este caso de la selección de candidatos de elección popular, no podemos perder el norte y olvidarnos del fin que persigue este proceso de primarias, cual es el de escuchar la voz del supremo soberano, el pueblo, respetando sus decisiones y preferencias

 

En el Ecuador se viven vientos de cambio desde que entró en vigencia la nueva Constitución Política del Estado, conteniendo una serie de disposiciones que para la gran mayoría de la población son buenas; a otros, todavía los llena de estupor y a otros tantos les causan ciertas dudas.

La verdad, es que dentro de este gran espectro de cambios €“necesarios y reclamados por años- encontramos algo que nos ha parecido muy necesario en el marco de la democratización de las organizaciones políticas y de la verdadera participación en la toma de decisiones en aquellas, por parte de la ciudadanía.

El Art. 108 de la vigente Constitución Política, establece que "los partidos y movimientos políticos son organizaciones públicas no estatales que constituyen expresiones de la pluralidad política del pueblo y sustentarán concepciones filosóficas, políticas, ideológicas, incluyentes y no discriminatorias. Su organización, estructura y funcionamiento serán democráticos y garantizarán la alternabilidad, rendición de cuentas y conformación paritaria entre mujeres y hombres en sus directivas. Seleccionarán a sus directivas y candidaturas mediante procesos electorales internos o elecciones primarias". A través de este nuevo concepto, las organizaciones políticas son reconocidas como entes públicos no estatales, es decir que sin pertenecer a la estructura del estado como tal, se los considera bajo la determinación del orden público y del derecho público, en base a su fin.

Partidos y Movimientos Políticos, son ahora, de acuerdo con el texto constitucional, espacios en los cuales la ciudadanía podrá sustentar sus visiones en cada ámbito territorial en el que se encuentre, manteniendo siempre esta concepción en base a la inclusión y la no discriminación por la afiliación política. El espíritu de la norma constitucional nos lleva a pensar que estos ámbitos de participación, en los cuales podemos hacer efectivas nuestras concepciones políticas sobre la realidad del Estado, no quedarán en letra muerta, pues las acciones que fundamentan estos postulados las podemos encontrar en las líneas siguientes del mencionado texto constitucional, con acciones concretas. En la Carta Política anterior, si bien se reconocían ciertos elementos contenidos en la vigente Constitución, no existía una verdadera aplicación en la práctica desde la perspectiva de las acciones visibles.

Entre las acciones a las que nos referimos, está el sistema para la selección de los candidatos a dignatarios de elección popular. La disposición del Art. 108 es imperativa: "Seleccionarán a sus directivas y candidaturas mediante procesos electorales internos o elecciones primarias". En este aspecto, el Ecuador se apresta a vivir un ambiente de agitado movimiento preelectoral dentro de los próximos tres meses, tomando en cuenta que el movimiento oficialista (PAIS), será el primero en dar el ejemplo de este giro en la forma de escoger a los representantes políticos que terciarán en el próximo proceso electoral de febrero de 2009.

Es necesario recordar que sobre la base de la participación ciudadana en la toma de decisiones gubernamentales, y en este caso de la selección de candidatos de elección popular, no podemos perder el norte y olvidarnos del fin que persigue este proceso de primarias, cual es el de escuchar la voz del supremo soberano, el pueblo, respetando sus decisiones y preferencias de candidatos expresados en las urnas, y no tan solo escuchar las voces internas de las organizaciones políticas tradicionales. Solo así caminaremos a un Ecuador incluyente, participativo, justo, solidario y en libertad. Esa libertad que tanto deseamos y por la que tanto hemos luchado, se ve reflejada en la realidad de un país que se va liberando de acciones y actores que poco favor le han hecho a la democracia y a la justicia. Es por ello que cabe recordar las palabras de Octavio Paz: "Sin democracia, la libertad es una quimera".

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