Yolanda Reinoso

Algunos científicos afirman que aún se puede detener un desastre mayor, ya que las consecuencias serán para todos, sólo que si la humanidad entera no toma conciencia de ello, puede que a futuro la única nevada sea posible sólo en los teatros que recreen este maravilloso y decidor show.


El diciembre del circo de Montreal

Las presentaciones que ofrece el circo de Montreal "Cirque du Soleil" son famosas a nivel mundial por las acrobacias y los efectos especiales, a más de que cada show cuenta una historia a través de la música y la ejecución de bailes y otras habilidades propias de los artistas circenses.

Este show se llama "Wintuk", como una forma de bautizar a una ciudad ficticia cuyo nombre nos hace pensar en el vocablo inglés "winter", o sea "invierno". El escenario es azul, el fondo representa las típicas casas de arquitectura holandesa que se ven en la Gran Manzana, con un puente donde los acróbatas y los malabaristas, los bailarines y demás elenco, subirán y bajarán en patines o en bicicleta, ataviados con ropa propia de un diciembre típicamente helado en los países nórdicos, es decir que llevan guantes, gorro, chaquetas gruesas, botas.

Y aunque el show se ha presentado ya por años consecutivos en el teatro Madison Square Garden de New York, quizá nunca antes ha sido tan oportuno como en esta temporada, en que la ciudad, a la par con otras del mundo, experimenta un diciembre extraño: no tan frío como debe ser ni con tantas nevadas como cuenta la gente mayor.

Así pues, una vez que el espectáculo comienza, la música retumba y las letras de las canciones narran el nudo de la historia: un invierno sin nieve, con los habitantes de la ciudad muy extrañados por ello, yendo de un lado a otro con cara de tristeza porque, por mucho que una nevada fuerte cause dificultades, todos quieren ver nieve; extrañan los días en que ésta solía caer puntualmente, anunciando la época de las festividades navideñas e invitando a todos a reunirse al interior de sus hogares con sus familias, calentándose al fuego de una chimenea mientras la blancura de afuera embellecía el paisaje urbano de una forma muy peculiar.

Preocupada por el asunto, la gente del barrio decide que lo mejor es enviar una delegación al país donde se hace la nieve a fin de averiguar lo que ocurre. Al llegar allí, la delegación se encuentra con gigantes de hielo cayéndose a pedazos, un emblema de lo que nos cuentan los documentales sobre el deshielo en los polos, así que allí la gente lleva a cabo una danza mágica destinada a traer la nieve de regreso a su ciudad.

Como en toda historia mágica, hecha para hacer sonreír a la audiencia infantil, el final debe ser feliz y así, la delegación regresa triunfante a la ciudad y es cuando el cierre del show se ejecuta con canciones de júbilo y más acrobacias en la tarima. La gente aplaude mientras unos artistas disfrazados de perros rockeros cantan "we want to see snow, it is winter after all": "queremos ver nieve, después de todo es invierno".

Entonces, los mismos reflectores situados en el tumbado por encima del público se transforman en máquinas de nieve cayendo sobre la audiencia en forma de estrellas de papel de colores pastel que, al caer con tanta gracia, demorándose en llegar al suelo, como si fueran plumas, imitan a la perfección la visión de una nevada a través de la ventana.

Todos aplauden y salen satisfechos. Pocas veces se ve actuar sobre un escenario a gente con un talento tan trabajado: acróbatas que parecen a punto de caerse de lo alto ejecutan saltos y movimientos precisos, bailarines que desafían al equilibrio al bailar sobre cuerdas como si estuvieran haciéndolo en suelo firme, malabaristas que manejan hasta doce pelotas a la vez sin cometer un solo error, patinadores que no le tienen miedo al empinado escenario y ciclistas que bajan en ruedas por escaleras que les sirven de pista.

El mensaje de Cirque du Soleil es claro: hasta al escenario ha llegado ya el asunto del cambio climático. Algunos científicos afirman que aún se puede detener un desastre mayor, ya que las consecuencias serán para todos, sólo que si la humanidad entera no toma conciencia de ello, puede que a futuro la única nevada sea posible sólo en los teatros que recreen este maravilloso y decidor show.

 

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