Alba Luz Mora
Cuando la Asamblea Nacional en la nueva Constitución sentó como una condición más del Estado su plurinacionalidad, no ha hecho sino consagrar una realidad digna de entenderse mejor leyendo este libro.

 

Ileana Almeida es Filóloga, docente universitaria, estudiosa y mujer admirable, siempre a la zaga del destino de nuestros pueblos indígenas. Sus conocimientos y ciencia ha sabido aplicar a la realidad de estos compatriotas que por largas décadas fueron dominados e ignorados culturalmente y marginados de los derechos de los demás pobladores ecuatorianos. Por eso, cuando la Asamblea Nacional en la nueva Constitución sentó como una condición más del Estado su plurinacionalidad, no ha hecho sino consagrar una realidad digna de entenderse mejor leyendo este el libro.

En este texto de 130 páginas está un ensayo de fondo "El Estado Plurinacional", seguido de otros aportes de la escritora en diferentes publicaciones en la misma línea conceptual. En la primera parte identifica cuatro problemas indígenas: el territorial, el cultural, la discriminación lingüística y la desigualdad de derechos frente al Estado. Critica las posiciones adoptadas en el Ecuador frente a esas cuatro verdades por el pensamiento antropologista cultural que percibe en lo indígena "un conjunto de tradiciones culturales antiguas y curiosas"; el pensamiento político de izquierda que "ha eludido el problema nacional" sin percibir que "coexiste un problema de clases con un problema de nacionalidades". Dice: "los planteamientos de la izquierda son demasiado generales y se reducen a la Reforma Agraria y la lucha contra el imperialismo" sin entender que "los grupos étnicos no luchan por parcelas de tierras sino por un derecho histórico", que "los grupos selváticos conservan unidades territoriales cohesionadas y su reivindicación principal es la lucha por la tierra." Agrega: "al plantear la lucha antiimperialista olvidan que persiste un neocolonialismo".

Señala la errada posición que sostiene la necesidad de consolidación de las comunidades étnico-sociales, porque al vincular el nacionalismo con un proyecto para el futuro falsea la verdad histórica, ya que la pronta asimilación de los indígenas a la nación ecuatoriana y al sistema capitalista no considera sus especificidades históricas, cuando "ellos son los llamados a encontrar soluciones correctas a sus problemas." Es decir, "aceptar la realidad plurinacional del país; incorporar la lucha de los pueblos oprimidos a la lucha revolucionaria para coadyuvar a precisar el carácter y el papel histórico de la sociedad ecuatoriana, para entendernos todos por igual como hombres y como pueblos". Porque según ella el estado plurinacional no significa la separación del país porque "la única unidad posible es la unidad en la diversidad".

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