El Ecuador durante los últimos 30 años ha sufrido las inclemencias de gobiernos tiranos, autoritarios, dictócratas, vanidosos, incapaces, improvisados y deshonestos. No podemos olvidar, como un homenaje a los cientos de ecuatorianos que durante estos años han dejado sus vidas por buscar un cambio, de todo lo que le ha sucedido al país.

El Ecuador cuenta con el proyecto de Nueva Constitución elaborado por la Asamblea Constituyente durante ocho meses ininterrumpidos, el cual ha sido entregado al Tribunal Supremo Electoral para que sea consultado al pueblo ecuatoriano con este texto el próximo 28 de septiembre.

A la luz de los acontecimientos y una vez que se ha cumplido con una misión tan delicada encomendada por el pueblo el pasado 15 de abril de 2007, no podemos dejar de expresar las razones que llevaron a instalar esta Asamblea y la razón de ser de todo este proceso.

El Ecuador durante los últimos 30 años ha sufrido las inclemencias de gobiernos tiranos, autoritarios, dictócratas, vanidosos, incapaces, improvisados y deshonestos. No podemos olvidar, como un homenaje a los cientos de ecuatorianos que durante estos años han dejado sus vidas por alcanzar este proceso, de todo lo que le ha sucedido al país. Luego de la muerte de Jaime Roldós nos convencieron con la idea de que era necesario "sucretizar" la deuda externa y que flaco favor nos hizo el Señor Oswaldo Hurtado Larrea, Presidente por la Democracia Popular (ahora disfrazada de UDC), al hacer a los pobres más pobres y a los ricos más ricos. Luego se nos hizo creer que el "Pan, Techo y Empleo" era la fórmula mágica para solucionar los problemas del país, bajo el juramento de que "juro ante dios y ante la patria que no os traicionaré". Estas frases felinas hasta ahora retumban en las pupilas de los cientos de muertos por el Gobierno tiránico del Partido Social Cristiano manejado por su máximo líder León Febres Cordero.

Pasamos al gobierno naranja de "izquierda", encabezado por el Dr. Rodrigo Borja Cevallos, quien con su frase "justicia social con libertad" trató de engañar al pueblo, pues su gobierno de izquierdista, justo y libre no tuvo nada, manejando con la mayoría ID-PSC en el Congreso Nacional, la creación de leyes que beneficiaron a la derecha de este país, lo que ocasionó el primer levantamiento indígena de la historia del Ecuador en 1992. Es aquí cuando inicia la era del famoso "febresborjismo".

Vino luego la versión maquillada del PSC con la figura del Arq. Sixto Durán Ballén, quien de la mano del creador del "ABC" del manejo neoliberal, el Eco. Alberto Dahik, gobernó el país con un sinnúmero de actos de corrupción, como el caso Flores y Miel y el famoso caso de los gastos reservados, que derivó con la destitución del vicepresidente Dahik. Fue el comienzo de una de las más grandes etapas de desestabilización en el Ecuador, al tener mandatarios desechables, que no duraban muy poco en el poder.

Posteriormente vino el tristemente célebre Abdalá Bucaram Ortiz (PRE), quien de la mano de sus hermanos Santiago, Adolfo y Elsita, blanqueó los fondos públicos llevándose por sacos el dinero de Carondelet. Duró seis meses en el cargo. Posteriormente fue reemplazado por el Interino Fabián Alarcón, en base a un manoseo sin el más mínimo descaro de la Constitución vigente en ese entonces, creando la figura del "interinazgo". Duró 18 meses en el cargo.

Pasamos a la etapa de la Democracia Popular hoy UDC (Unión Demócrata Cristiana) con la presidencia de Yamil Mahuad, quien es el culpable de dolarizar nuestra economía sin el más mínimo sentido técnico, peor humano, derivado de la crisis bancaria de 1999 que no pudo soportar más la negación gubernamental de su existencia. Ocho mil millones de dólares nos costó a los ecuatorianos estos experimentos. Hasta ahora los estamos pagando. Fue destituido por el Congreso, duró dos años en el poder. Su reemplazo, el Dr. Gustavo Noboa Bejarano, continuó con el gobierno demócrata popular, pues la serpiente tan solo cambió de cabeza. El cuerpo siguió su camino en toda la administración pública. Duró dos años en el cargo.

La elección del Coronel Gutiérrez fue sin duda el mayor desatino electoral que hayamos tenido en los últimos años, siendo testigos de cómo el descaro y la vanidad pueden más que la razón. Hermanos, parientes, cuñados, primos y toda la parentela en cargos públicos. Además de las constantes agresiones al pueblo llamándonos "forajidos". Duró dos años y tres meses en el cargo. Luego lo reemplazó el Dr. Alfredo Palacio, que como presidente fue un buen médico. Sin más comentarios, remitámonos a analizar los colaboradores que tuvo en su gobierno aquí en el Azuay. No olvidemos de aquellos gobernadores que le debían plata hasta al sacristán de la iglesia y no pagaban sus deudas.

Todos estos hechos que durante casi 30 años han marcado la vida del país, no pueden quedar en el olvido. No podemos tener amnesia selectiva y ahora olvidarnos de lo que no nos conviene recordar, pues en la memoria de los ecuatorianos deben estar siempre presentes estos hechos que fueron los que motivaron durante muchos años, a instaurar una Asamblea Constituyente de plenos poderes que cambie las reglas impuestas durante décadas por los personajes antes anotados.

Seamos libres en medio del pensamiento honesto y hagamos de esta patria un lugar para que nuestros hijos y nietos no tengan que vivir nunca más estos hechos que muchas veces nos llevaban a pensar en dejar esta causa. No a la amnesia selectiva, Sí a un nuevo Ecuador.