El Presidente invitó al diálogo a los indígenas amazónicos, porque "más es lo que nos une que lo que nos separa". El revés de lo que piensa del magisterio, con el que más es lo que le separa que lo que le UNE.





 

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La gota que llenó el vaso de los indígenas, como no podía esperarse otra cosa, fue la Ley de Aguas, con la que el desacuerdo llevó a proclamar un paro. Si al fin sale la Ley, será la Ley Paraguas.


 

 

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La CONAIE suspendió el paro indefinido apenas iniciado, pero los colegas amazónicos les aguaron la fiesta a los dirigentes.





 

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Ahora se espera un diálogo a muerte entre el Presidente y el dirigente indígena Marlon Santi. Para iniciarlo, Correa tendrá que santiaguarse, porque el rival es bien persignado.


 
 
 
 
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La cita podría ser en la SENAGUA, con un almuerzo de menú apropiado: aperitivo de aguardiente, entrada de aguacate, aguado de gallina runa, y bajativo contracorriente.

 
 
 
 
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Mientras tanto el Vicepresidente, cómodamente sentado, no hace otra cosa más que decir "Sonríe Ecuador". La vida es broma.
 
 
 
 
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Y los enemigos del Gobierno, haciéndoles agüita la boca, no dejan de lanzar baldazos por medio de Fernando Balda.

 
 

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