La votación en las elecciones del 26 de abril fue compleja y difícil para los electores. La cantidad de candidatos inscritos por los partidos y movimientos ofrecieron al sufragante un panorama inmenso de fotografías y nombres, la mayor parte desconocidos, y las dudas y confusiones no se hicieron esperar. La campaña millonaria coordinada por el Consejo Nacional Electoral promovió figuras y organizaciones políticas carentes de calidad y contenido, fueron excepcionales y escasas aquellas que en los últimos dos años ya se habían hecho conocer por su permanente participación e intervención en las discusiones y luchas diarias .Cada postulado nos hacía llegar un mensaje corto, a veces claro y bien expresado, pero en la mayoría de ocasiones también mal formulado y poco convincente. Los candidatos se preocuparon de elaborarlo desde su particular subjetividad mas no escucharon ni tomaron en cuenta las demandas del pueblo. Los grupos de condición económica baja y hasta paupérrima no se sintieron representados en las personas que terciaban en el evento. Movimiento País tiene su mayoría en la Asamblea y aparecen muy debilitados los partidos tradicionales de izquierda, centro y derecha, porque la ciudadanía se cansó de las organizaciones de siempre, cuyas estructuras se debilitaron mientras que cobraron importancia los planteamientos innovadores y más realistas. Los votos | | nuevos que se incorporaron a la masa sufragante: militares, policías, presos sin sentencia, adolescentes de 16 a 18 años, indudablemente contribuyeron a que los pronunciamientos se hayan dado a partir de otro esquema de realidad y de pensamiento. La sorpresa en la jornada fue el segundo puesto que alcanzó Lucio Gutiérrez de Sociedad Patriótica, quien ha conseguido penetrar aún más en la región oriental del país y algunas provincias serranas y costeñas donde antes no tuvo influencia, mientras que los demás postulados para la Presidencia acusaron muy bajas cifras en el conteo total. Muchos sostienen que los votantes sufragaron por él como actitud de rechazo al Presidente Correa, quien aparece con una menor votación comparada con la de las primeras elecciones que lo llevaron a la Presidencia. Para algunos, el estilo de hacer política del presidente Correa, su agilidad para desplazarse por todo el país, para buscar contacto con los grupos sociales más olvidados y lejanos y sus ofertas, para hablarles en el lenguaje sencillo que estila y las promesas cumplidas y por lograr a corto plazo, tornó a su figura "en un Mesías que si funciona". Razones por las que ha asegurado cuatro años más de ejercicio gubernamental que deben lograr se cumplan todos los anhelos y demandas de un pueblo que ha vuelto a confiarle el timón del Estado ecuatoriano. |