Entre los primitivos cazadores que cubrían su desnudez con la piel de animales y las prendas exhibidas en locales deslumbrantes de hoy, ha transcurrido la trayectoria de la humanidad

En Cuenca, el barrio La Zuelería fue así llamado ya en tiempos de la fundación hace 450 y más años, porque allí, en la periferia occidental de la ciudad, se convertía la piel de las reses en calzado y ropas fabricadas con este material.
Hacia 1940 apareció Alfredo Molinari, un italiano que con alguna experiencia traída de su país, instaló una curtiembre para entrarle al mundo de los cueros con una visión industrial. Tras nueve años de mantener la empresa, acabó vendiéndola a otro italiano, Carlos Tosi, que había venido a América para salvar la vida en esos tiempos de Guerra Mundial.
El nuevo propietario le colocó a su curtiembre un nombre alusivo al riesgo de extinción en el que la había adquirido, pero también con proyecciones futuristas: La Renaciente. Y así se llama hasta hoy la curtiembre que ha ido modernizándose, con tecnología renovada cada vez, una de las más grandes del Ecuador.

Por los 70 del pasado siglo, los empresarios del ramo miran hacia Europa e incorporan tecnologías de España, Italia y Alemania, para entrar en una carrera de desarrollo en permanente ascenso y llegar a los años 90 con inquietudes por lo ecológico mediante el adecuado tratamiento de los cueros , así como la creación de la Asociación Nacional de Curtidores y la Cámara Nacional del Calzado. En el año 2000, por iniciativa de empresarios de Cuenca se crea el Cluster del Cuero, bajo la dirección de Juan Malo Jaramillo, con la participación de gente de Ambato, Cuenca, Quito, Guayaquil y Gualaceo.

En la cadena productiva hay más de 400 mil personas involucradas que se dan cuenta de la importancia de las actividades que desarrollan, empezando por la ganadería €“de donde salen las pieles- con la existencia de 4.5 millones de reses calculadas en el Ecuador, de las cuales se faenan 800 mil cada año.
Entonces se identifica como objetivos básicos la cantidad y la calidad de los productos, mediante el aporte de cada sector, para ser más eficientes en lo que les corresponde y desembocar en la comercialización y la instalación de tiendas que fortalezcan el mercado y mejoren las ventas.
Cuenca ofrece la mejor calidad de productos de cuero en el Ecuador, por la selección de los materiales, la perfección y belleza de los diseños y acabados. El Cluster ha instalado la tienda Quigua (Cosecha, en quechua) en el centro histórico de la ciudad, sitio de visita diaria no solo de compradores locales, sino de turistas del país y del mundo que encuentran un establecimiento con productos garantizados, originales y por precios concertados por la cadena productiva con criterios de competitividad.
El futuro de la industria del cuero es prometedor. Este material está presente en la vida diaria, desde el calzado que llevan los 13 millones de ecuatorianos, las casacas y trajes en toda la variedad de precios y modelos, las carteras de las señoras, las billeteras, las correas, los muebles de la casa o los asientos de los automóviles.

Juan Malo está convencido que a corto plazo el Cluster del Cuero dispondrá de tiendas montadas en las ciudades del país y también en grandes metrópolis de América Latina, Estados Unidos y Europa: la meta es competir en la moda de mercados con tradición y fama en cualquier parte del mundo.