Por Eliécer Cárdenas

 Las próximas elecciones generales del país sin duda marcarán un derrotero para el futuro de Ecuador en los próximos años, si, como parece, la figura del Presidente de la República Rafael Correa se afianza no así de su movimiento o conjunto, más bien, de mini movimientos cobijados bajo su nombre-. Simplemente, en el panorama político no existe una figura que pueda constituirse en alternativa creíble para el electorado frente a Correa. De la decena de candidatos y candidata a la Presidencia de la República, apenas unos cuantos de ellos pueden aspirar a contar con un número más o menos significativo de sufragios. Lucio Gutiérrez, en primer término porque conserva aún algunos nichos de electores, bajo el supuesto de que "la vida era más barata durante el gobierno de Lucio" y, además porque, sin duda, es la figura política opositora que trabaja "a tiempo completo", tanto visible como subrepticiamente, en la tarea de zapa de la figura de Correa, ayudado por un equipo de ex militares de Inteligencia, duchos en campañas desprestigiadoras o "negras" como se las denomina en el argot de la llamada Inteligencia Militar.

También el millonario y presunto benefactor de los pobres Álvaro Noboa contará con algún caudal no desdeñable de sufragios, habida cuenta el desencanto respecto al Gobierno en algunos segmentos medios y bajos del país, en especial de la Costa, que volverán a incurrir en el voto a favor de quien se proclama defensor de los humildes, pese a que en sus propias empresas, que suman centenares, trata sin miramientos a sus trabajadores. Álvaro Noboa, además, canalizará los votos de los sectores de la derecha más rancia y resentida con la seguidilla de victorias electorales de Correa. Nada raro será que conspicuos socialcristianos y democristianos voten vergonzantemente por Álvaro Noboa, casi su candidato natural en las actuales circunstancias.

En cuanto a Martha Roldós Bucaram, supuesta beneficiaria del cisma producido en los sectores que apoyaron en principio a Rafael Correa, si bien su discurso es de una radical ecologista, en los hechos su postura beneficia a los grupos de la derecha, cuyos canales y periódicos prodigan sospechosas entrevistas y alabanzas a una izquierdista pro indígena y ecologista, secundada en el binomio por el ex sacerdote salesiano Rafael Delgado. Martha Roldós aspira captar los votos de organizaciones como Pachakutik, en una riesgosa apuesta electoral, ya que los movimientos y organizaciones indígenas han demostrado, más de una vez, ser poco confiables en materia de sufragios, ya que sus cúpulas parecen no sintonizar con los anhelos reales de los pueblos nativos, aún cuando se autodenominen sus intérpretes. Martha Roldós, si cosecha una votación más o menos significativa en su candidatura presidencial, habrá apuntalado su figura política y, de paso la algo maltrecha de su tío y maestro León Roldós.

En cuanto a las perspectivas electorales para la Asamblea Nacional (ex Congreso), las posibilidades de una hegemonía poco menos que absoluta de PAIS se diluyen, tanto por el desgaste que le significó La Asamblea Constituyente como el denominado Congresillo cuanto por la ausencia de figuras de prestigio y relieve, salvo unas cuantas excepciones, entre las mediocres filas de los actuales asambleístas, la mayoría de los cuales pretenden nuevamente ocupar sus curules. Y esto sirve también para los sectores de oposición, donde no descolló ninguna figura de peso y prestigio. La oposición confía en librar una guerra de desgaste contra Correa a través de la Asamblea Nacional, siempre y cuando obtenga un número significativo de escaños y, además, consiga unificar en un frente común a las desorganizadas filas opositoras, cuyo discurso no ha pasado hasta ahora de un revanchismo bastante maniqueo y simplón anti-Correa.