Cientos de ejemplares llenaron en abril y comienzos de mayo la Galería El Otorongo: fotografías, esculturas, dibujos, pinturas, bordados, piezas cerámicas y estampillas con el pajarillo de plumaje verde tornasolado y luminoso, pudieron admirarse en los espacios

Guillermo Peña, ingeniero de profesión, es un apasionado por la filatelia. Pocos hay como él, en el Ecuador, dueños de colecciones de estampillas clasificadas por países y por temas, con cientos de miles de ejemplares de diversas formas y tamaños desde las más antiguas emisiones €“a partir de 1840- en todo el mundo.

Más de 40 autores nacionales y extranjeros exhibieron sus avecillas al óleo, acuarela, vidrio, en metales, o fotografías pacientemente logradas para captar al picaflor suspendido en el aire con las alas relucientes, el pico sorbiendo el néctar de las flores, los ojos redondos atentos y brillantes, en primorosos bordados en manteles, servilletas, cortinas, en aretes, collares y productos de joyería y filigrana, o en platones y piezas cerámicas esplendorosas.

Por añadidura, El Vuelo del Colibrí estuvo acompañado por actos culturales, literarios y científicos vinculados al tema, con recitales de poesías sobre el colibrí o disertaciones de biólogos los días miércoles, para referirse al pajarillo que de alguna manera es símbolo del encanto de la flora y la fauna que singularizan a la naturaleza ecuatoriana y de América.

Maggi Peña, entusiasta directiva de la galería exhibe un mantel
adornado con colibríes bordados por ella con maestría.
Maggi Peña, artista en el bordado y alma de la galería El Otorongo, presentó primorosos bordados con colibríes, exclusivamente diseñados para la exposición. Ella, artista en la especialidad del bordado, es pionera en Cuenca en la elaboración de sus trabajos mediante un sistema computarizado.
Una estación de la ruta cultural

El nombre de la galería se vincula a la mitología cañari a través del puma o jaguar volador de cuyas imágenes en cerámica hay una pieza que ocupa un sitio tutelar dentro del local: es una verdadera reliquia arqueológica cuya antigüedad se calcula en mil años.
La Galería, que mantiene permanente exposición de obras de arte, ha planificado presentar dos especiales cada año, en abril y noviembre, meses conmemorativos de gestas históricas y cívicas de Cuenca. La primera, de abril, fue con los colibríes y, la próxima, en noviembre, sería con el tema de los ángeles, a los que se asocian valores de contenidos sobrenaturales y espirituales.
Ante el éxito de la muestra de los colibríes, Guillermo y Maggi Peña proyectan llevarla en agosto próximo a Quito, a la Casa de Cuenca, donde además rendirían homenaje a Fernando Ortiz Crespo, hombre de cultura y arte que falleciera hace poco en un accidente, autor de un tomo voluminoso con textos y fotos sobre los colibríes.
La Galería El Otorongo aspira a ser uno de los atractivos especiales de la ruta cultural del Barranco, conectado con la plaza en remodelación, con la escalinata que lleva al Museo de Arte Moderno y con la Calle Larga con sus museos, galerías y sitios de interés turístico. También se conectará con la plaza a la otra orilla del río, a través de un puente peatonal ahora en construcción.