Por Eliécer Cárdenas
El hermano del Presidente debió preferir no hacer contratos con el sector público mientras Correa sea Presidente, con el objeto de evitarle conflictos y ahorrarle la cascada de denuncias, latiguillos, admoniciones, bastantes de ellas hipócritas, en torno a la legalidad, la ética y la ley dentro de esos contratos, que en manos de la oposición periodística se convirtieron en una venganza contra la supuesta hostilidad con un canal de televisión |
La prensa generó uno de los casos que más ha afectado la imagen del Gobierno de la Revolución Ciudadana, al poner bajo la lupa €“una lupa nada imparcial, por cierto- la serie de contratos que mantenía el hermano del Presidente de la República con varias entidades públicas. Según ha confesado Fabricio Correa, sus empresas solían concursar regularmente en las convocatorias de instituciones del Estado, y en algunos casos ganaban los concursos. Hasta allí no habría nada objetable, de no ser el vínculo familiar con Rafael Correa, que activó todas las alarmas desde que un periodista de diario Expreso sacara a la luz las características y pormenores de esos contratos. Algo extraño, puesto que desde antes se conocía que el hermano empresario del Jefe de Estado mantenía contratos de sus empresas con el Estado, y a nadie se le ocurrió objetarlos, ni en la bancada opositora de la Comisión de Legislación y Fiscalización ni en otro ámbito público. | excepciones como las emergencias. Esto no sería ético, ya que la mera vinculación contractual de un familiar tan cercano del Jefe del Estado despierta suspicacias y alude a la ética. El hermano del Presidente debió preferir no hacer contratos con el sector público mientras Rafael Correa sea Presidente de la República, con el objeto de evitarle conflictos y ahorrarle la cascada de denuncias, latiguillos, admoniciones, bastantes de ellas hipócritas, en torno a la legalidad, la ética y la ley dentro de esos contratos, que en manos de la oposición periodística se convirtieron en una suerte de oportuna y contundente venganza contra la supuesta hostilidad del Presidente con un canal de televisión. Así, de paso, se justifica la misión de la comunicación de velar por la transparencia, algo que se ejecuta sólo cuando conviene, ya que no se ve demasiada investigación en ciertos medios sobre vinculaciones parentales en contratos de alcaldías o consejos provinciales, sobre lo cual debería existir igual acuciosidad y celo que los demostrados en los contratos de Fabricio Correa. |