El Ecuador ha sido €“y sigue siendo- un país capaz de campeonatos mundiales en corrupción. En el Ministerio del Deporte se ha destapado la olla de grillos, culebras, sapos y ponzoñas avezadas en prácticas inmorales, coimas, falsificación de firmas y delitos vinculados al robo público, para la contratación de obras deportivas
El Ministro Rafael Carrión €“en prisión- estaría implicado en los hechos, aparentemente presidiendo un equipo de gente "especializada" en el oficio corrupto y corruptor, pues los delitos de esta laya exigen la coparticipación de quienes aceptan las propuestas indecentes. |  Fernando Moreno (izquierda), Funcionario de Confianza del Ministro Carrión | La red de corrupción cubriría el ámbito nacional en la contratación de obras deportivas por cientos de millones de dólares. Azuay y las provincias del austro serían parte del territorio contaminado, con personajes que manejaron directamente, desde Quito o desde Guayaquil, los procesos contractuales. |
En junio pasado hubo rumores de sobreprecio en obras deportivas del austro, lo que fue puesto en conocimiento del Presidente de la República por el Gobernador del Azuay: "Se trata, señor Presidente, de la sospecha de que se habrían producido sobreprecios en la contratación de obras deportivas en los cantones Sevilla de Oro, Guachapala y Girón en Azuay, y El Tambo, de la provincia del Cañar, cuyos señores Alcaldes habrían recibido denuncias concretas de parte de los propios contratistas. Esto se sumaría al sustancial incremento de presupuesto para continuar la construcción del Centro de Alto Rendimiento de Cuenca ", decía la carta al mandatario, una de las primeras alertas sobre tan grave fenómeno.
La Subsecretaría anticorrupción del austro, a cargo de Átalo Ordóñez €“ahora Secretaría de Transparencia- se encargó de investigar el caso. En diciembre las sospechas se hicieron realidad, cuando el constructor Juan Galán Amaya fue llamado al Centro de Alto Rendimiento para renovar un contrato que nunca lo había firmado, descubriendo la apertura de cuentas y pólizas a su nombre con firmas que no eran las suyas. Hasta se habían hecho trámites con firmas falsas en la Contraloría. La cuenta a su nombre en el Banco Bolivariano €“en Guayaquil- tenía 200 dólares de saldo, pues el anticipo de 70 mil del contrato que él ignoraba, había sido retirado.
La Subsecretaría anticorrupción del austro, a cargo de Átalo Ordóñez €“ahora Secretaría de Transparencia- se encargó de investigar el caso. En diciembre las sospechas se hicieron realidad, cuando el constructor Juan Galán Amaya fue llamado al Centro de Alto Rendimiento para renovar un contrato que nunca lo había firmado, descubriendo la apertura de cuentas y pólizas a su nombre con firmas que no eran las suyas. Hasta se habían hecho trámites con firmas falsas en la Contraloría. La cuenta a su nombre en el Banco Bolivariano €“en Guayaquil- tenía 200 dólares de saldo, pues el anticipo de 70 mil del contrato que él ignoraba, había sido retirado.
Personajes claves para la investigación son Edison Alvarado, Director de la Unidad de Gestión de Obras Especiales del Ministerio del Deporte, quien firma el contrato supuestamente con firmas falsificadas de Galán, conjuntamente con el asesor jurídico, Ernesto Ulloa Reinoso. También Rafael Zambrano Idrovo, quien habría hecho los trámites, con misteriosas relaciones en el Ministerio del Deporte, el Banco Bolivariano y la aseguradora SWEADEN, de Guayaquil, que confiere pólizas con firmas falsas o sin firmas.
Las obras del CAR se las financia con un crédito del Banco del Estado por 4 millones de dólares y con la participación de 24 contratistas. De éstos, cuatro están €“por el momento- bajo la sospecha de procedimientos corruptos. Aparte del que corresponde al ingeniero Galán, lo están los contratados con los profesionales Jonny Reibán, Patricio Enrique Rodríguez Regalado y Yolanda Chumbi, para quienes se habían abierto también cuentas "misteriosas" en el Banco Bolivariano, en Guayaquil, en la agencia Las Monjas, de la ciudadela Urdesa. En sus cuentas se habían hecho depósitos, en su orden, por 70.486, 84.479 y 64.848, correspondientes a anticipos por el 70% de los contratos, pero también los fondos fueron retirados por otras personas y a ellos se los entregó valores inferiores al 50% de lo que les correspondía.
En El Tambo, cantón del Cañar, hay otro caso bajo sospecha. El Subsecretario de Transparencia, ÁŒtalo Ordóñez, fue a investigar y se encontró con Manuel Piedra, que dijo ser jefe de albañiles y que el contratista era un señor Dany Valencia, que al ser localizado, dijo ser representante de Alfredo García, fiscalizador. Walter Bravo, que lo acompañaba, aseguró ser repreentante de Víctor Idrovo, contratista de la obra. Posteriormente el contratista Víctor Idrovo resutó ser Víctor Antonio Idrovo Astudillo, arquitecto, directivo de Alianza País en el Azuay, que negó que la firma constante en la contratación sea la suya. Se le habría entregado 110.853 dólares correspondientes al 70% del valor total, que dice no haberlos recibido. |  Las firmas auténtica de la cédula y la falsificada del ingeniero Galán. |
Idrovo dijo haber entregado carpetas de interesados en los contratos con el CAR a su sobrino Rafael Zambrano Idrovo, quien habría hecho mal uso de las documentaciones. Este personaje, supuestamente residente en Guayaquil, no es localizado por ninguna parte.
Las obras deportivas están en suspenso, pues los contratistas alegan no haber recibido los recursos y más bien han hecho gastos a la espera del dinero. Resulta increíble que el Banco Bolivariano haya abierto cuentas sin los documentos de identificación de los propietarios y más todavía que la aseguradora SWEADEN haya certificado garantías sin las firmas de los interesados o con firmas falsas.
Átalo Ordóñez ha pedido testimonios de los directivos del banco y de la firma aseguradora, pero son reacios a entregárselos. Más bien se ha enterado de que la aseguradora insiste a los supuestos "beneficiarios" para que les presenten los documentos de identificación y las certificaciones que requieren para convalidar a posteriori los "errores" o ligerezas al tramitar tan fácilmente las pólizas.
Las investigaciones sobre el CAR avanzan con morosidad en una fiscalía de Cuenca, en contraste con lo que ha ocurrido en una fiscalía del Cañar, que trata el caso del coliseo de El Tambo, donde hay celeridad y diligencia.
Directivos de la Federación Deportiva del Azuay, dueña del Centro de Alto Rendimiento, han manifestado desconocer absolutamente todo sobre estos casos de corrupción, pues los hechos descubiertos tienen origen en Guayaquil y Quito, desde donde se manejaban todos los movimientos económicos, las contrataciones, fiscalizaciones, etc.