A los 35 años de edad, René obtuvo el título de Licenciado en Administración de Hoteles y Restaurantes, luego de tres años y medio de estudios intensivos que no incluían períodos de vacaciones
Había trabajado de cocinero en una pollería de Cuenca, mientras inició la carrera de Arquitectura, pero acabó despechándose de las dos cosas, porque no podía darse el lujo de estudiar con lo poco que ganaba.
Tenía 21 años cuando decidió probar suerte, como muchos jóvenes de su pueblo, corriendo el riesgo de la aventura incierta por los países centroamericanos, México y la frontera estadounidense: fueron doce días de viaje incluidos dos días y dos noches de atravesar el desierto hasta llegar a Texas.
Allá le esperaban dos hermanos que le habían conseguido un puesto de lavar platos en un restaurante, lo único que podía hacer quien no hablaba una palabra del idioma extraño y además había perdido el año en la asignatura de Inglés en el colegio Solano, de Cuenca, donde estudió la secundaria.
Por más de dos años pasó restregando vajillas y un secreto capricho le indujo a matricularse en una escuela gratuita de enseñanza del Inglés, donde aprobó rápidamente cuatro niveles. Ya podía, entonces, entenderse con la gente y aun buscar mejoras de trabajo.
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Diploma que certifica la terminación de los estudios |
No le resultó difícil, pues en el hogar del pueblo natal había aprendido nociones de cómo encender el fuego, preparar las comidas de cada día y distinguir el tratamiento que debía darse a las coles, los nabos, los frijoles, las cebollas o los culantros.
Le cogió gusto por las artes de la cocina, pero necesitaba perfeccionar el inglés, por lo que fue a la Universidad de West Chester, donde aprobó ocho niveles, alternando las clases con las jornadas en una empresa especializada en atención para eventos especiales. Allí le tocó trabajar para Bill Clinton, el ex Presidente que al mando de una fundación internacional, con su esposa, mantenían constantes reuniones en las que se incluía la alimentación de los asistentes.
Habían quedado atrás los tiempos de penurias y temores del joven migrante, que ambicionaba mejores posiciones cada vez, en lo que gustaba hacer en la vida: cocinar con la más alta calidad para satisfacer a los clientes. Y sin dudarlo se matriculó en The Culinary Institute of América, un establecimiento privado de categoría universitaria que ha formado chefs cotizados en los centros de gourmet más famosos del mundo.
Un gran estímulo para los estudios fue Sarah Stern, una joven estadounidense de la que se enamoró y acabó convirtiéndola en su esposa hace siete años. Ella €“ profesora de un colegio en Nueva York-, visita cada año a los familiares del esposo en San Fernando y es feliz de recorrer los campos, respirar la pureza del aire o admirar la belleza telúrica de la laguna de Buza con el cerro San Pablo, imponente como una colosal pared de piedra al filo de las aguas.
El 15 de junio pasado, a los 35 años de edad, René obtuvo el título de Licenciado en Administración de Hoteles y Restaurantes, luego de tres años y medio de estudios intensivos que no incluían períodos de vacaciones.
Ahora aspira instalar en Cuenca un restaurante en el que se ofrezcan delicias de la cocina nacional con toques de la experiencia internacional, especialmente de origen francés, que predominaba en el centro en el que obtuvo su formación. También piensa establecer un local similar en Nueva York, para promocionar la cocina ecuatoriana, que le parece tan rica y variada, digna de ser saboreada por paladares de los habitantes de las ciudades del primer mundo.
Además, complementará el proyecto gastronómico con presentaciones en vivo de artistas de música del Ecuador y de los países andinos.
René León es uno de los ecuatorianos que le sacó provecho a la migración y legalizó su residencia con la esposa estadounidense que se sumó a los esfuerzos de él por educarse y abrirse un campo por el que transitará seguro en el resto de su vida.
El chef profesional azuayo a la izquierda con el ex-Presidente Bill Clinton; en medio con su esposa Sarah Stern y, en la última imagen con sus suegros, el día de su graduación |