Por Alba Luz Mora
| Si tuviésemos madurez política, deberían existir en el país máximo dos o tres partidos bien organizados, que alienten los ideales de tres sectores tradicionales ideológicos, derecha, centro e izquierda y nos formulen planteamientos claros, convincentes, que alienten el desarrollo nacional en todos los órdenes |
Una corriente de oposición política fisurada enfrentará el 26 de abril a las fuerzas gobiernistas de Alianza País. Quienes lideran las distintas candidaturas están en la contienda representando a los partidos tradicionales y los movimientos conocidos, con la consecuente dispersión de fuerzas que pudieron volverse invencibles si conformaban un solo y único frente electoral. Si los ecuatorianos tuviésemos madurez política, deberían existir en el país máximo dos o tres partidos bien organizados, que alienten los ideales de tres sectores tradicionales ideológicos, derecha, centro e izquierda y nos formulen planteamientos claros, convincentes, que alienten el desarrollo nacional en todos los órdenes. Que no orienten la campaña al ataque contra la candidatura oficial sino que formulen planteamientos convincentes, claros, que propongan soluciones novedosas y bien pensadas sin tomar en cuenta al bando contrario. Y, además, que utilicen recursos novedosos, creativos y claros para que atraigan la simpatía ciudadana y presenten un frente robusto y bien ubicado en el ambiente político presente. | Debemos lamentar que todas las opciones electorales a las que estamos enfrentados prueban esa atomización entre grupos similares o parecidos cuyos planteamientos poco tienen de novedoso y mucho de demagogia y promesas repetitivas. Esta ausencia de originalidad y de unión nos está conduciendo únicamente al fracaso de cualquier plan electoral. No es que abriguemos sentimientos negativos contra nadie ni condenemos ninguna opción electoral, sino que estamos ante un cuadro ilógico, quizá machacón y muy cuestionable, que no le da al Ecuador la oportunidad de vivir una verdadera lid electoral, contrastante y definida, que ponga frente a frente a las dos mayores fuerzas nacionales con invariables seguidores y votos calificados. El futuro del país está en manos de todos y la decisión personal que cada ecuatoriano tome para sufragar debe ser un acto de responsabilidad bien meditada, que sopese los pros y los contras y pruebe que al fin somos un pueblo consciente y maduro que sabe pronunciarse acertadamente. Bolívar dijo "la unión es lo que nos hace falta para cumplir la obra de nuestra regeneración." |