Jóvenes que se trepan muros, atraviesan a salto el espacio entre casas próximas o se desplazan venciendo ágilmente toda clase de obstáculos, ofrecen un espectáculo novedoso y arriesgado que cobra adeptos

El Parque de La Madre y La Escalinata son sitios apropiados para practicar actividades recreativas y del deporte. Desde hace algún tiempo, llaman allí la atención los amantes de una disciplina arriesgada de jóvenes que han descubierto una forma de enriquecer sus aptitudes corporales y mentales con un deporte completamente inusual en el medio.

Se trata del Parkour, combinación de artes marciales, gimnasia y atletismo, que lo entrenan alrededor de 15 jóvenes valientes, audaces y sin miedo. Las personas que se capacitan en este deporte, adquieren atributos especiales que pueden aplicarse en situaciones humanas emergentes, como rescates en edificios accidentados, incendios, inundaciones, etc.

Fernando Córdova Mora, adolescente que ha cobrado gusto por esta disciplina, ha acudido a AVANCE para contar sus experiencias y las de los compañeros integrados al grupo. En Cuenca ya se han hecho competencias nacionales, con apoyo de elementos militares que facilitan sus instalaciones. Lo que él sabe y cuenta, lo exponemos a continuación:
Los miembros del grupo: Mateo Parra, Juan Guamán, Alex Tintín, David Fernando Córdova, Juan Gárate, Patricio Alvarez, Antonio Cárdenas, Jaime Salcedo, Adrián Moscoso Vanegas, Bruno Aray Coellar, Kevin Merchán, Mauricio Arteaga, Eduardo Alexander y Cristopher Calé.
   Concentrado, el traceur enfoca la mirada en su objetivo, la cubierta de la casa que tiene al frente.  Respira profundo y lleno de adrenalina arranca a velocidad hacia el vacío en un vuelo de gran agilidad, con una caída de cuatro metros a sus pies. Sus pies chocan en la pared vertical absorbiendo el impacto y colgado de la estructura de la cubierta con las manos, se salva de la caída. Al reincorporarse, el practicante de parkour sabe que ha pasado solo una de las incontables acrobacias mortales y obstáculos que encontrará en su camino.
   El parkour es un deporte francés definido como desplazarse en un ambiente urbano aplicando conocimientos y técnicas de gimnasia y artes marciales, con la intención de ser veloz y fluido, lo que requiere pasar obstáculos como barandales, muros, etc. La palabra parkour es una variación de la palabra del idioma francés parcours, que significa camino, y aquellos quienes lo practican son denominados traceurs, (o traceuses, en el caso de las mujeres) que significa “trazador” o “el que hace camino.” 
   Para muchos el parkour es más que un deporte, es un arte, una combinación de valentía y agilidad mental y física en una demostración de inigualable talento, una filosofía de vida que desarrolla el cuerpo y la mente para alcanzar nuevos límites y ganar una perspectiva más abierta de la vida.
   Este deporte empezó con un francés llamado George Hebert, que a principios del siglo XX viajó a África y observó a las culturas indígenas durante un tiempo. Se asombró particularmente de la fuerza y agilidad que usaban en el movimiento, trepando y corriendo. Inspirado en eso creó “el método natural” con obstáculos para asemejarse al ambiente de la naturaleza. Este método fue adaptado por los militares franceses, quienes desarrollaron lo que se llamó parcours du combattant (“el camino del guerrero”) que después un soldado retirado de las fuerzas especiales francesas enseñó a su hijo, David Belle, quien entonces combinó eso con lo que había aprendido de gimnasia y artes marciales para dar inicio al parkour.

En Cuenca, fue el lojano Jaime Salcedo quien seis años atrás creó Vuelo Libre Urbano, el primer grupo de parkour. Cuando vino a la ciudad a estudiar, fue contactado por dos cuencanos que querían aprender lo que él sabía de parkour que había aprendido en Loja. A la iniciativa se unió cada vez más gente hasta que en 2012 se formó el grupo que entrena hasta hoy. 
Uno de los entrenadores, Antonio Cárdenas, aprendió parkour por su cuenta antes de unirse a V.L.U. pero tenía dificultades por falta de conocimientos y de un instructor, pero cuando encontró a Jaime (o Jambo, como lo llaman ahora) y empezó a entrenar con V.L.U. eso se solucionó y avanzó. Ahora es uno de los más hábiles del grupo.
   Los traceurs de Cuenca aman el parkour por la libertad, el poder de crear un propio movimiento y probar otros límites venciendo los miedos, además de la resistencia física, mental y espiritual que se adquiere con este deporte. Los traceurs novatos de V.L.U. reciben todo el apoyo del resto del grupo y se admiran de todas las acrobacias que los entrenadores son capaces de realizar, pero a la vez están ansiosos por seguir aprendiendo de ellos y alcanzar ese nivel.
   El entrenador Jaime invita a cualquiera que esté interesado a unirse a acercarse los martes al Parque de la Madre y los jueves en La  Escalinata, a las 7:30 p.m. Todo es gratuito. 
   “El parkour es un deporte maravilloso y actividades deportivas y culturales como ésta deberían ser más apreciadas; las oportunidades que ofrece V.L.U. pueden ser aprovechadas por cualquiera, para el fortalecimiento físico y espiritual de las personas que se dedican por este deporte”, dice David Córdova Mora, uno de los novatos de la disciplina, pero de los más entusiastas en practicarla.
 

Suscríbase

Suscríbase y reciba nuestras ediciones impresas en su oficina o domicilio llamando al 0984559424

Publicidad

Promocione su empresa en nuestras ediciones impresas llamando al 0999296233