| Cuando la opinión es competente, objetiva, respetable, el lector siente satisfacción y hasta un cierto placer intelectual. Cuando no -- es decir, cuando nos macanean, nos meten lata; nos ensartan vaciedades, ordinarieces, insensateces, personalismos y cursilerías; todo ese montón de intrascendencias €“ nos sentimos frustrados, estafados, despreciados, maltratados Nos sentimos, ciertamente, casi unos tristes y pobres perros Es la paliza diaria que nos da nuestra atrasada prensa.
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