Por el cierre de vías, de locales comerciales, pérdidas y quiebras económicas de los frentistas de la ruta tranviaria, hay una esperanzadora noticia sobre el fin de una molestia que demoró demasiado

 

Así desolado ha permanecido el centro histórico sin el tráfico habitual, durante la ejecución de las obras tranviarias.

Las calles del centro histórico cuencano se reabren al tránsito regular de automóviles este mes de septiembre: queda atrás la pesadilla que dura casi un lustro, por las obras de construcción para el Tranvía 4 Ríos. El Alcalde Marcelo Cabrera anunció públicamente que el 2 de septiembre estarían despejados los cruces de vías en el centro histórico, coincidente con el inicio del nuevo año lectivo.

La empresa francesa ACTN, responsable de ejecutar el último proyecto, trabaja contra reloj para cumplir el cronograma de 300 días para entregar la obra terminada hasta mediados de octubre próximo: apenas queda algo más de un mes. Luego vendrá la etapa de socialización del servicio, entrenamiento del personal responsable del manejo y mantenimiento de las 14 unidades tranviarias, para que en marzo de 2019 este nuevo sistema de transporte urbano entre en operación definitiva sirviendo al público.
El cierre de vías en el centro histórico –por donde atraviesa la ruta tranviaria- provocó molestias y pérdidas al sector comercial más importante de Cuenca: almacenes que cerraron sus puertas, tiendas que quebraron ante la paralización de actividades por la incomunicación del público, fueron motivo de protestas permanentes y reclamos para que se de agilidad a la obra cuya construcción ha demorado mucho más allá de lo que se había previsto.

Pero no hay mal que dure cien años y Cuenca estaría a las puertas de contar con un moderno servicio de transporte que impondrá un detalle de elegancia a la ciudad y a la vez contribuirá –parcialmente- a remediar uno de los mayores conflictos urbanos de la ciudad: la movilidad.  Su paso por el centro histórico ha sido motivo de contrapunto, pues mientras hay entendidos que acusan de un error, porque el recorrido debía ser a través de vías perimetrales que no afecten la arquitectura patrimonial, hay quienes opinan que los aparatos modernos serán un atractivo de fomento turístico aprovechado por pasajeros locales, nacionales e internacionales que estarán gustosos de ocupar los asientos tranviarios para admirar la fisonomía, el paisaje y la arquitectura urbana a través de los ventanales panorámicos.

El inicio del año escolar coincide con la apertura de las calles céntricas de Cuenca,  lo cual constituye un buena noticia, considerando que gran número de escuelas, colegios y hasta extensiones universitarias se ubican en este sector.  

 

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