Juani Santos, de 68 años, el primer hombre transexual cubano en hablar abiertamente sobre ese colectivo, en su apartamento en la ciudad de Matanzas, a 67 kilómetros al este de La Habana. Crédito: Ivet González/IPS

Por Ivet González

LA HABANA (IPS) - En las paredes ligeras y pintadas de azul del pequeño apartamento del jubilado Juani Santos, cuelgan fotografías que resumen los contrastes de su vida como el primer hombre transexual de Cuba en hablar abiertamente sobre este segmento.

Con una amplia sonrisa y su gata sobre el regazo, Santos conversó con IPS en su humilde hogar en esta ciudad de Matanzas, a 87 kilómetros al este de La Habana, donde recibe a todas las personas interesadas en visibilizar al grupo poco conocido de los hombres trans en la comunidad de lesbianas, gays, bi, trans e intersexuales (LGBTI).

“Más hombres como yo tienen que darse a conocer y decir su historia. No quiero que otra persona que nazca con mi condición pasé los mismos trabajos y sufrimientos que pasé”, dijo Santos, que luego de jubilarse se contrató en la misma fábrica estatal donde lleva 48 años trabajando.

Las personas transexuales son aquellas que sienten conflicto entre su identidad de género y su sexo biológico. Se les llama hombres trans a quienes nacieron con sexo biológico femenino pero en general desde temprana edad se identifican como masculinos, y mujeres trans a los casos contrarios.

En junio, la Organización Mundial de la Salud eliminó a la transexualidad de entre las enfermedades mentales en el listado que llevará a debate de su asamblea general en 2019 que, de lograrse, satisfaría un largo reclamo de la comunidad trans.

Fuentes científicas aseguran que, por causas aún por investigar, suelen ser más frecuentes las mujeres que los hombres trans, a los que describen como menos estudiados, logran pasar mejor desapercibidos en la sociedad y vivir y trabajar con mayor éxito con la identidad masculina tradicional. De 11,2 millones de habitantes, Cuba tampoco escapa de esa realidad global pues hasta ahora se registran 20 personas de La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Holguín y Santiago de Cuba, que se consideran trans masculinos, el término general que incluye a personas con esa identidad de género que requieren o no cirugías y terapia hormonal.

Bajo de estatura y con amplios bigotes, Santos es sin dudas el rostro más conocido de los trans masculinos en Cuba, ya que desde 1988 recibe atención en el estatal Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), en La Habana, y su modesta vivienda ha sido el set de varios documentales locales y extranjeros.

Cuarteto Habana, una agrupación de artistas transformistas, ameniza la gala cultural dentro de una Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, que cada año organiza el estatal Centro Nacional de Educación Sexual en el país. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS

Santos hizo historia cuando en 2010 accedió, junto a otro hombre que nunca ha querido salir a la luz pública, a las dos primeras cirugías de readecuación genital masculina realizadas en Cuba.  “Desde los cinco años me sentí varón… siempre fui así… por eso nunca tuve miedo y me enfrenté a todo”, dijo.

Por ahora, solo ellos lograron cirugías completas mientras otro optó por la mastectomía e histerectomía (radical de mamas y útero). Estas cifras contrastan con los registros de 4.447 mujeres trans en el país, realizados por la red TransCuba, también acompañada por el Cenesex, de las cuales 37 accedieron a cirugías de adecuación genital.

En una declaración fechada el 27 de agosto y publicada en su perfil de Facebook, Alma Azul criticó: “quienes nos salimos constantemente de los esquemas impuestos, en muchas ocasiones somos vistos como fenómenos, golpeados, violados y abandonados”, para sensibilizar sobre grupos vulnerables por cuestiones sexuales y de género.

“¿Realmente estamos haciendo todo lo que podemos para visibilizarnos dentro de una sociedad que es en su mayoría ignorante sobre temas relacionados con identidad de género u orientación sexual?”, instó el comunicado, que llamó a la unidad del activismo en un momento decisivo del país.

Ahora se debate a nivel nacional el principal reclamo LGBTI, que es el matrimonio igualitario, porque el proyecto de nueva Constitución, que en 2019 se prevé que sustituya a la ley fundamental vigente desde 1976, propone entre muchos cambios redefinir a esta institución como la unión voluntaria entre dos personas.

“No se puede hacer una campaña a favor de una comunidad y educar a una sociedad, sobre algo que las personas no saben de qué se trata”, lamentó Liam Durán, un joven trans masculino que vive en la capital, al explicar la razón por la que creó Alma Azul dentro de las redes acompañadas por el Cenesex. El arma que Durán escogió para sensibilizar a las personas fue la fotografía artística, con un tono testimonial.

También titulada Alma Azul, la muestra realizada por el artista ha llevado su transición en dos ocasiones al público general. “Tras la primera exhibición de la expo en 2017 sobre mis cambios durante cuatro años, de ser Heydi a Liam, empezaron a acercarse a mí personas que se sentían transgénero”, recordó. Así nació la red que se enfoca a dar acompañamiento a las personas que necesiten “pasar el proceso de readecuación”, ayudar a “que se sientan liberadas” y contribuir a saldar desventajas causadas por la discriminación, con énfasis en las dificultades de acceso al empleo.

Abordan cuestiones de género y derechos sexuales, junto a otras de interés general del grupo. Disponen de asesoramiento jurídico y psicológico. Y apoyan sobre todo a las personas que reciben terapia de readecuación hormonal y quirúrgica, un proceso que desearían fuera reajustado por las autoridades sanitarias. “Lo que más le preocupa a un hombre trans es lograr las operaciones, no tanto de reasignación genital como las mastectomías”, explicó Anabel Díaz, la psicóloga de Alma Azul. “ “Muchos trans masculinos han sido víctimas de abusos sexuales, lo cual repercute porque eso te convierte en una persona rota, dolida, con baja autoestima, pero casi todos tienen estudios y enfrentan más bien problemas para encontrar empleos donde respeten su masculinidad y parejas”, describió.

Por su parte, la psicóloga Ángela L. Urquiza aseguró que “el estudio científico en Cuba de las personas trans masculinas es casi nulo porque se trata de una realidad escasamente visibilizada”. A su juicio, la creación de Alma Azul resulta novedosa y de contribución para la ciencia. Desde 2013 integra la Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales, especificó que “la demanda de servicios de salud ha sido ínfima; incluso, no todas las personas que los especialistas puedan identificar como cercanas a una identidad trans masculina, se identifican de ese modo”.

 

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