El acontecimiento hace un paréntesis en el panorama político que en junio tuvo los más altos índices de confrontación en ocho años, entre el gobierno y los sectores políticos y populares opuestos a las medidas económicas

El Pontífice ha escogido a Ecuador, Bolivia y Paraguay para su primera visita a la América Latina, desde que fue erigido al mando de la Iglesia Católica del mundo en abril de 2013. Es la segunda vez que un Papa visita Ecuador: Juan Pablo II estuvo entre fines de enero e inicios de febrero de 1985.
 

    Quito y Guayaquil son las ciudades escogidas para recibir al Papa entre el 5 y el 8 de julio. La Iglesia anunció que es una visita pastoral, pero no ha dejado de tener sesgos de influencia política: la visita papal justificó la decisión presidencial de aplazar la vigencia de las leyes de herencias y plus valía que fueron el motivo –o la excusa- para las manifestaciones más fuertes contra el gobierno del Presidente Correa, desde que asumió el Poder.
 
   Jorge Bergoglio –es el nombre del Papa nativo de Argentina- tendrá encuentros con los Presidentes Rafael Correa de Ecuador, Evo Morales de Bolivia y Horacio Cartes, de Paraguay. También se reunirá con los prelados de la Iglesia, organizaciones sociales, sacerdotes, monjas y seminaristas, así como oficiará misas y dará sermones ante multitudes. Al menos tres meses ha llevado la preparación de la visita papal al Ecuador, con una promoción mediática sin precedentes, por medios privados y públicos.
 
   La visita ha generado también un movimiento comercial de características especiales, para vender imágenes, historias, discos y recuerdos. La Confederación Episcopal Ecuatoriana abrió una cuenta bancaria para recibir depósitos destinados a la visita de Francisco, quien adoptó este nombre en homenaje a San Francisco de Asís, personaje emblemático de la pobreza y el renunciamiento a los bienes materiales.
 
   En 1985 Juan Pablo II fue ovacionado en Cuenca por medio millón de personas del austro, en el parque Miraflores. Entonces era arzobispo Luis Alberto Luna Tobar, cuya imagen de entonces, junto al Papa, contrasta con la de hoy, nonagenario asilado en un centro de ancianos en Quito. 
 
 
 
 
 
 
El Papa Juan Pablo II, acompañado del Arzobispo Alberto Luna Tobar, saluda a su llegada a Cuenca en 1985.  A la derecha Monseñor Luna, en una foto reciente, con el Arzobispo de Cuenca Luis Cabrera, y una enfermera que atiende al nonagenario prelado en un asilo de ancianos en Quito.
(Arriba, Portada de AVANCE de enero de 1985).

Suscríbase

Suscríbase y reciba nuestras ediciones impresas en su oficina o domicilio llamando al 0984559424

Publicidad

Promocione su empresa en nuestras ediciones impresas llamando al 0999296233